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Estamos a horas de otra fecha límite en Formosa. Si se prorroga la fase uno muchos van a aplaudir esta decisión como lo mejor que nos puede pasar, argumentando que tal decisión nos va a salvar la vida. Otros, sin embargo, están seguros de que es la peor de las decisiones. Y para muchos será la estocada final o la muerte segura de al menos su proyecto de vida y de subsistencia.
Incontables veces lo escuché al Ministro que da las conferencias de prensa decir que todos estamos en el mismo barco y la verdad que no es así; en algún lugar leí que no estamos todos en el mismo barco: solo algunos están en barco, otros en yate, otros están en lancha, otros en canoa, otros en salvavidas y otros simplemente en el agua, sin nada. Y lo peor de todo es que ni los que están en barco ven la costa, así que imagínese qué siente el que está simplemente nadando sin protección alguna.
Para algunos es una situación cómoda o simple, porque tienen la seguridad de que a fin de mes está depositado en su cuenta lo suficiente para vivir, algunos un poco más otros menos, pero con la certeza de contar con algo concreto; para otros es una tortura que cada 15 días se profundiza la incertidumbre o la desesperanza, más y más, tanto que parece no tener fin. Solo piden tener la oportunidad de procurarse lo suyo. Porque no quieren ayudas extraordinarias sino algo propio de la dignidad humana: trabajar, con todos y cada uno de los recaudos de su actividad, pero trabajar.
Algunos no quieren que nadie salga e inclusive quieren matar a quienes rompen la cuarentena y otros rompen la cuarentena para no morir; hay quienes no quieren que nadie los visite por miedo al contagio y otros a pesar de su edad y de ser los más vulnerables, andan evadiendo controles para ir a trabajar a escondidas.
Sr. Gobernador: hace mucho tiempo que las decisiones que toma no incluyen a todos los formoseños (independientes que pagan sus impuestos y generan trabajo, comerciantes, gastronómicos, gimnasios, jardines maternales, profesionales, etc.). Entiendo que es imposible dejar a todos satisfechos y simultáneamente. Pero imagínese por un momento una persona que solamente quiera trabajar y reclame ese derecho y por tal motivo lo culpan de los contagios o los tildan de opositores. La mayoría de ellos no pertenecen a partido político alguno. Es más: estoy seguro que a la mayoría poco le importa la política militante. Ellos solo quien trabajar, nada más. Y nada menos.
Lo único cierto y universal es que estamos todos acá atravesando este momento con necesidades totalmente distintas. Por eso, solo entender que la salud o la enfermedad es no contagiarse de coronavirus es tan falso como creer que la realidad es una sola o que alguien realice una acción con la intención deliberada de contagiarse y poner en riesgo a su familia. No creo que exista una sola persona que quiera poner en riesgo la vida de los integrantes de su familia. Imagínese quién va a querer que se contagie su hijo/a su padre o madre o abuelos/as, amigos/as. ¡¡¡Absolutamente nadie!!!
Por ultimo Sr. Gobernador: le pido recapacitar, ponerse en el lugar del otro y permita que vuelva a trabajar el sector privado, que paga sus impuestos, que corre el riesgo de no pagarlos y que le confisquen lo que tiene – poco o mucho -; y so los que generan fuentes de trabajo genuina, los que arriesgan capital, los que innovan, los que mueven la economía provincial.
De esto se trata esta carta, de que espero toque en Ud. las fibras del sentido común, de la solidaridad, del derecho humano y de la empatía social.
Por Enrique Quique Ramírez