Escribe: Rubén Orlando Giménez / Periodista / Formoseño / Jefe de Redacción del diario Época de Corrientes
Gabriel Hernández un muy buen amigo mío fue condenado por la justicia-lista formoseña. Hay muchos comprovincianos que no lo quieren que se alegran. Celebran la decisión de condenarlo, y esa condena solo se da porque es el único, reitero el único, político opositor de mi provincia que no transó, que no se rindió, que no claudicó ante el poder del régimen feudal avalado por todas las clases de peronismo que gobernaron y gobiernan Argentina.
Es difícil creerle una sentencia a los jueces que miran para otro lado cuando las esposas, los hijos, las amantes, los amantes de los ministros montan empresas fantasmas para convertirse en «proveedores del Estado». Son los mismos jueces que hace un cuarto de siglo ven la prueba del choreo institucionalizado convertido en símbolo del despojo al que son sometidos los formoseños, cuando se llega a la Plaza San Martìn y se encuentra con el esqueleto de lo que alguna vez se proyectó como edificio legislativo.
Vicente Joga, Gildo Insfrán, el entonces diputado radical Pedro González y la mayoría legislativa, hicieron desaparecer 30 millones de dólares y nadie dio explicaciones concretas respecto a lo que pasó con esa plata. Toda una nómina salarial. «Esa plata se uso para pagar sueldos» vociferó mas de una vez el senador José Miguel Mayans, ese que tiene asesores que transportan cocaína en camionetas oficiales, a los cuales los jueces formoseño tampoco ven.
Hoy la Justicia-lista formoseña te condenó, pero la gente de bien sabemos que en realidad es una condecoración por tu lucha incansable contra los verdaderos corruptos y sus cómplices, los que militan en el peronismo y en el radicalismo.
Fuerza Gabriel Hernández, fuerza a toda tu familia.
