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Entendemos que la función de los sindicatos es la defensa irrestricta de la lucha y los derechos de los trabajadores, y desde ese punto de vista se busca mantener las banderas fundacionales de la libertad y la democracia sindical, además del principio de autonomía de los partidos políticas, de los gobiernos y de los patrones.
¿Pero realmente, en la actualidad, sucede esto, donde los gremios y/o sindicalistas luchan por los derechos de los trabajadores, en Formosa, es así?
La verdad es que hoy vemos sindicatos reunificados con sectores de gremios anti obreros, entonces vemos centrales, algunos que acompañan los vientos del poder y otras que son rebeldes respecto al poder constitutivo y leales al mandato que les da el trabajador y los fundadores de los sindicatos.
También se necesita, según los trabajadores nucleados en gremios; como decía Olmos que “los sindicatos no solo discutan los salarios o las colonias de vacaciones”, necesitamos, dicen, que los sindicatos y el conjunto de ellos, con los dirigentes a la cabeza, discutan un proyecto de país, de provincia, en donde se pueda garantizar poder vivir en una sociedad más justa, más libre, más solidaria, “ese debe ser el principal mandato de los líderes sindicales”.
En ese imaginario uno piensa que hay que organizarse y animarse a construir lo nuevo ante la degradación de los gremios, romper con lo viejo, la burocracia que traiciona, que arregla con las patronales, el que transa, el que se basa en patota, hay que construir algo que genuinamente represente a los trabajadores, y no dirigentes que hablen como empresarios, se vistan como empresarios, vivan como empresarios y sean empresarios.
En este concierto de gremialistas “empresarios”, aparece una juventud que no les cree a los tipos que le dicen “que ustedes son el futuro”, “porque la Juventud es hoy”, se escucha decir a un militante que protesta y marcha reclamando por la mejora en los salarios docentes.
Entonces, uno imagina que podría llegar a armarse una juventud sindical, ¿será posible? Es la pregunta, mientras tanto esta juventud tiene todas las herramientas para formarse y así participar en los espacios de conducción y liberación de las organizaciones, sindicales, barriales, políticas y culturales.
“No queremos ver más como hay dirigentes que se atornillan a los sillones por años, y no dejan un paso al trasvasamiento generacional”.
Mientras tanto en Formosa no vemos que existan guerras sindicales, pero si se escuchan traiciones o arreglos para mantener al trabajador tranquilo, tampoco es común escuchar de apretar a los trabajadores para que se afilien a tal gremio; lo que, si se ve muy despacio, es que algunos representantes de trabajadores empiezan a hacer ruido con protestas y demás, en reclamo de los derechos de sus afiliados. Esto, pude gustar o no, pero lo real es que de a poco “nos sentimos protegidos”, dice un trabajador del sector comercial.
Por otra parte, y sin nos trasladamos a una coyuntura electoral y fundamentalmente del peronismo, entendemos que el movimiento obrero-sindical, es la mayor fortaleza que este espacio tiene, entonces actuara el movimiento obrero a través de sus gremios en la lucha de los trabajadores que representan, o veremos a dirigentes aburguesados aceptando la primera oferta que aparezca.
Lo real, es lo que se siente, percibe y aprecia, en este sentido el trabajador, muchas veces siente, no en todos los casos, que sus reclamos no son escuchados, entonces, ¿será el tiempo de una nueva dirigencia sindical?, la respuesta es de uno.