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Escribe Carlos Blas Hoyos / Formosa sin dudas está atravesando por la más importante epidemia de dengue de las varias que la antecedieron. Es muy profusa la historia del dengue y su principal vector en nuestra zona, el Aedes Aegypti desde su irrupción en Clorinda allá por el año 1987, desde entonces y en todos los casos la actitud del gobierno siempre fué la misma, ocultar información, distorsionarla o descalificar y ningunear al que disiente . Es lo que ocurrió cuando a partir de trabajos de investigación realizados y publicados desde la Universidad informamos en forma documentada sobre la presencia masiva en la ciudad de Formosa del mosquito vector ya en abril del 2002, el Gobierno prefirió negarla y solo reconoció su presencia recién a partir de octubre del 2005, con lo que se perdieron tres años.
Se subinformaron las epidemias del Clorinda, en el 2002 y en Ingeniero Juárez en el 2004, en la ciudad de Formosa en febrero del 2013, ocasionadas por serotipos D1,D2, D3, y este dato es importante porque significa que en Formosa ya hay gente que tiene registros inmunológicos de tres de los 4 serotipos existentes del virus , con lo cual se potencian las posibilidades de aparición de casos de Dengue Hemorrágico o Choque por Dengue, para lo cual se deberían estar previendo recursos de infreaestructura hospitalaria para internación (camas, sueros , medicación, personal, etc. ).
Nación habla de 500 casos, Provincia solo denuncia 120 casos, nosotros tenemos datos casos diagnosticados hasta la semana pasada estaban por encima de los 1700 y la situación previa, actual y futura de la epidemia se ven obviamente agravadas por las inundaciones, las precipitaciones y sus consecuencias de hacinamiento y falta de servicios.
Las fumigaciones, que en realidad están desaconsejados su implementación en forma indiscriminada, pues su efectividad es sumamente limitada y solo tiene un efecto psicológico sobre la población, aún así son insuficientes y deficientes.
Lo más efectivo que es el ataque al vector en su etapa más vulnerable que es la larva, a través de operativos de descacharrización y el uso de larvicidas no se realizan eficazmente por falta de articulación y cierta conflictividad con las comunas especialmente notorio en las ciudades de Formosa y Clorinda, donde se priorizan prejuicios e intereses políticos y sectoriales por encima del interés general.
En más de 20 años tampoco y a pesar de la enorme cantidad de recursos que bajaron de organismos nacionales e internacionales se ha logrado ni el control, ni monitoreo permanente del vector, tampoco la real concientización, ni mucho menos las leyes , ordenanzas y reglamentaciones necesarias para poder realizar una lucha y control efectivos sobre la enfermedad y su vector.
La vacuna de Sanofi-Pasteur que motivara un interesante proyecto de Ley impulsado por el Diputado Nacional Martín Hernández , abre una nueva expectativa contra el flagelo pero todavía su aprobación en la Argentina está pendiente y sus detractores sostiene que su cobertura es ciertamente limitada (64 %) con el agregado de que además deben realizarse tres vacunaciones para una buena cobertura, pero a pesar de todo esto no deja de ser una posibilidad cierta.
Con buena voluntad creo interpretar lo que quiso decir el Ministro Décima (Desarrollo Humano) cuando postuló que el “Dengue vino para quedarse”. Equivocado, pues la presencia del virus nunca es permanente, en realidad lo que interpreto que quiso decir es que su vector “el Aedes aegypti vino para quedarse”, recordemos que este mosquito también transmite otras enfermedades, como la Fiebre Amarilla, el Chicungunya y el Zika, y su erradicación definitiva es prácticamente imposible, pero si es perfectamente factible su vigilancia y control de su dinámica poblacional con muy buenos resultados, pues se han comprobado que el vector sobretodo en su estadio de larva, es el eslabón más vulnerable de la tríada epidemiológica constituída por el mosquito, el hombre y el virus, son más de 14 años de trabajos de investigación sobre el comportamiento de este y otros mosquitos que nos avalan en esta afirmación.
En definitiva lo importante es sincerar la situación, no se puede seguir ocultando o subestimando datos y debemos asumir que Formosa está padeciendo una EPIDEMIA muy importante, fruto de años de improvisación y desidia y que por ende el gobierno debería dejar de balbucear excusas , tratando de subestimar la situación por ejemplo cuando antepone el término de Brote antes de epidémico, a sabiendas de que en realidad es un eufemismo dialéctico que solo busca minimizar la situación, cuando en realidad esto es una EPIDEMIA sin eufemismos y con mayúscula, que obliga a evaluar seriamente la posibilidad de declarar la emergencia sanitaria y es la Provincia como principal responsable la que debe ponerse al frente y aliarse optimizando esfuerzos y recursos con nación, universidad y sobre todo las comunas para poder luchar con alguna chance contra un enemigo formidable.
CARLOS BLAS HOYOS
Docente- Investigador de la UnaF
Director del Programa de Voluntariado para la prevención del Dengue. 2006-2009.