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Escribe: Rubén Orlando Giménez (desde el otro lado del Bermejo)
«La historia no necesariamente se repite pero puede servir de aprendizaje. En el caso de la desesperación de la dirigencia opositora formoseña por sumarse al marketing de Sergio Massa o de Mauricio Macri, con la idea de tener financiamiento para un sublema o, un minuto de fama en los medios nacionales; sirve para aclarar qué puede pasar en Formosa si es que alguno de ellos llega al sillón de Rivadavia.
Sergio Massa es peronista, de eso no hay dudas. Mauricio Macri se confesó ciento por ciento a favor de las banderas del peronismo y sumó a Carlos Alberto Reutemman para intentar desalojar al socialismo y al radicalismo del gobierno de Santa Fe, eso quiere decir que en su pensamiento incluye aquello de “al enemigo ni justicia”.
Analicemos las cuestiones prácticas de lo que hicieron los candidatos presidenciales peronistas en Formosa. Carlos Menem ni siquiera fue recibido por Vicente Joga cuando, en 1988, le ganó la interna a Antonio Cafiero. Fue el dirigente Víctor Hugo Musso el que pidió prestado un camión volcador, al asesinado abogado Carlos Cubillas, para que Menem haga su caravana electoral por Formosa. Le habría alcanzado para ganar, si Joga no hubiese tenido bien aceitada la máquina electoral interna. Formosa fue, “causalmente”, el único distrito en que -“oficialmente”- Menem no ganó.
Datos para refrescar la memoria débil de los opositores formoseños
Qué hizo Menem después que ganó. Pactó con Joga y a Musso ni justicia. El “profe” quedó afuera de toda confianza y apoyo. Es decir que, Menem presidente peronista electo, arregló con el que tenía el poder de la lapicera en la provincia, a cambio de eso tiró por la ventana a Musso y a todos los que se jugaron por su candidatura presidencial, con todo lo que ello implica políticamente en una provincia como Formosa y manejada por líderes autoritarios como Vicente Joga y Gildo Insfrán que era su vicegobernador.
Musso recién consiguió un lugar de privilegio cuando Gildo Insfrán oficializó su pelea interna con Vicente Joga.
Duhalde referente máximo del “León Blanco” llegó a la presidencia en 2002 tras el derrocamiento de Fernando De La Rua. Arregló con Gildo y se olvidó de los duhaldistas formoseños. Así de simple. Algunos afortunados como Ricardo Branda obtuvieron un lugar en el directorio del Banco Central y alguno que otro fue director en el área universitaria del Ministerio de Educación de la Nación.
Macri y Massa van a privilegiar sus pactos políticos con los opositores formoseños. Si pueden arreglar con el que les garantiza los votos en el Senado y en la Cámara de Diputados de la Nación.
Néstor Kirchner. El solitario peronista radicado en Formosa que lo apoyó, mucho antes que Duhalde le levantara la mano como candidato, fue el ex diputado Oscar Gómez el único que se mantuvo fiel a Vicente Joga durante todo su mandato, los demás ya sabemos que se vendieron a Insfrán a la primera de cambio.
Qué hizo Néstor Kirchner cuando llegó a la Presidencia, ni el saludo de agradecimiento, pero sabemos que ese no es el fuerte de los pingüinos. Gómez ni siquiera aceptó un ofrecimiento de algún cargo en alguna repartición nacional. Kirchner arregló con Insfrán que -en ese tiempo- podía ofrecerle cuatro diputados y dos senadores obedientes.
Massa, como sabemos, fue menemista, duhaldista y kirchnerista o sea, peronista. Macri acaba de confesar que reivindica en un “ciento por ciento” las banderas del peronismo. Más allá de las peroratas electorales, si Massa gana va aplicar la misma práctica que los anteriores presidentes peronistas, va a pactar con Gildo Insfrán, para que sus diputados y senadores, esperemos que no sean tres, voten sus leyes en el Congreso, a cambio le va a exigir que no lo moleste en su provincia financiando dirigentes opositores desde la Presidencia.
Macri tiene aliados de ocasión, ya acordó con Reutemann devolverle Santa Fe al peronismo si le ganan las elecciones al socialismo y al radicalismo.
Cuánto tiempo puede pasar si llega a la Presidencia en arreglar con Insfrán; a cambio de los votos de los legisladores por Formosa que solo levantan la mano si Gildo se lo pide. En este escenario también es posible que Naidenoff se haga el distraído y diga “Macri no es peronista” y también el líder bostero tenga los votos de los diputados peronistas y los tres senadores.
Así fue en el pasado o alguien piensa con honestidad, más allá de las perspectivas de un abultado financiamiento de campaña para los sublemas propios, que -dos pragmáticos como Macri y Massa– van a privilegiar sus pactos políticos con los opositores formoseños; si pueden arreglar con el que les garantiza los votos en el Senado y en la Cámara de Diputados de la Nación, en un Congreso que se presentará fragmentado».
VIDEO: Visita de Menem a Formosa, el 18 de septiembre de 1994. Lo acompaña Vicente Joga.