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Todo empezó en el 2020 en mi primer mamografía, aparecía una pequeña mancha que por su forma y tamaño no era preocupante aunque sí había que mantenerla monitoreada cada 6 meses. En el 2021 seguía igual, no fue hasta el 2022 donde empezó a ser palpable en mi mama izquierda. Una Ecografía Doppler arrojó vasos sanguíneos involucrados y enseguida pasé por 2 punciones que terminaron de darle nombre y apellido al asunto: Cáncer de Mama Triple Negativo.
QUIMIO E INMUNOTERAPIA
Tuve la bendición de poder acceder al Hospital Británico en dónde profesionales del Centro de la Mujer actuaron velozmente y no pasó ni un mes que ya estaba recibiendo Quimioterapia e Inmunoterapia, una novedad científica que había sido implementada hace muy poco en Argentina para ciertos tipos de Cáncer. El Tratamiento, ó Tratacierto como me gusta decirle, se trataba de Terapia Neoadyuvante, es decir, primero la Quimio y luego la Operación de Extracción.


Para ello me colocaron un clip rastreador ya que si las medicinas surtían efecto, el tumor se iba a achicar de tal forma que no iba a ser posible encontrarlo. Y así fue, la bola se volvió impalpable y pasé por una cuadrantectomía cuya investigación patológica lanzó la mejor noticia del mundo: No se encontraron células cancerígenas.
Post operación me tocó seguir con un preventivo que consistió en 15 Sesiones de Radioterapia localizada y 9 ciclos más de Inmunoterapia. Finalmente el 7 de Noviembre pasado llegué a la culminación del tratamiento con éxito y vitalidad.
La forma que encontré de poder mantenerme en mi eje y propósito de curación durante todas las intervenciones fue la integración de las diferentes corrientes medicinales, además de cambiar casi por completo mi rutina y comencé a escribir en mi Instagram @curarme.hoy, nacido a través de una frase que me regaló mi mamá el día que arranqué con la primera quimioterpia: “Hoy te empezás a curar”, y allí en ésta especie de blog donde fui contando todo el proceso, en la medida que iba pudiendo y sintiéndome bien, con la crudeza de la verdad pero levantando la bandera de la esperanza para pacientes y familias, Porque al cáncer lo invade una bruma de muerte, dolor, envenenamiento y olvidamos su contraparte de que puede ser vida, sanación, recuperación. Yo lo viví casi como un arduo retiro espiritual.
UN PUENTE DE CONFIANZA
Por eso comparto mi historia a la comunidad, para poder tender un puente de confianza a todas las personas que están pasando por un diagnóstico similar. Estoy escribiendo un libro al respecto, con mi impronta, mi vivencia personal y lo que pude traducir posteriormente como un método para sobrellevarlo. Además realizo performances artísticas y rituales que buscan visibilizar la importancia del diagnóstico precoz y la conservación de la salud mental durante el proceso.