Las instrucciones ya «bajaron». Desde el lunes «toda la militancia debe recorrer casa por casa la ciudad capital» con paciencia religiosa. El objetivo es «recuperar los votos perdidos en la ciudad capital».

Luego, el segundo paso, será la «presentación de candidatos». Habrá para todos los gustos. Hasta el «radicalismo G» se alista para presentar un sublema en la capital. Eso no será sorpresa, pero sí puede convertirse en novedad «el postulante» que presentarán y el grupo que lo acompañará.

El PJ sabe que «hizo techo» en el caudal electoral en la capital y la cantidad de obras no alcanzaron para convertir «ladrillos en votos». El «voto peronista» prefiere «plata en el bolsillo antes que en el ladrillo» y, hoy «la economía manda».
En las segundas y terceras líneas saben que «deben jugarse todo» para posicionarse rumbo al 2015 y que, luego de las elecciones de octubre, habrá premios y sanciones «para todos y todas».
«Menos fotos, menos facebook y más zapatos gastados de caminar los barrios. Me cansé de ver zapatos lustrosos que solo pisan alfombra» se escuchó decir en una de las tantas reuniones.
El gildismo entiende que escuchando a la gente, «harán catarsis» con el dirigente o militante y la bronca «sale». En las elecciones PASO no la escucharon y «la gente hizo catarsis con el voto, en las urnas».
Comprendieron que «el militante, en lugar de llenarle la cabeza de conceptos, tiene que escuchar a la gente. Si no, los votantes terminan ventilando los problemas en los medios».
También saben que podrán haber muchas listas de concejales porque «es relativamente fácil armar una lista y participar»con el OK del quinto piso; pero «la mirada» de muchos independientes que apoyan el modelo en las urnas está puesta en la lista de candidatos diputados provinciales. Saben que allí, el que decide es uno: Gildo Insfrán que, ahora, no es candidato.
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