LECTURAS RELACIONADAS
En 1999, derrotó al ex gobernador Joga pero dos semanas después, el radical Hernández se quedó con la intendencia capital al conseguir el 50,50% de los votos.
Un par de años después, con De La Rúa como Presidente de la Nación, el peronismo vio alterado su poder en las urnas: José Mayans obtuvo 135 sugfragios más que Gabriel Hernández y el PJ festejó (50,047% de los sufragios)
Después de esos escollos, el presidente del peronismo se repuso con mucha fuerza. Desde ese tiempo, siempre rondó o superó el 70 por ciento de los votos «con Gildo candidato», pero el caudal electoral cae varios puntos cuando son los parlamentarios los que aparecen en las boletas.
SEÑAL DE ALERTA
La noche del domingo 12 de septiembre encontró a los gildistas analizando los resultados ciudad por ciudad, voto por voto. No podían creen que solo lograron un poco más del 48% de apoyo del pueblo formoseño. Las PASO, con la pandemia como protagonista, le resultaron adversa.
DESDE ENTONCES
Desde esa fecha el peronismo, casi sin mencionar a Alberto Fernández en su relato proselitista salió a la calle. Gildo ecilipsó a Fernández Patri, Jofré acompaña a sus candidatos a concejales concentrados en una sola lista y evitando algunos «beneficios» de la Ley de Lemas.
El PJ busca polarizar entre «Petu» (respaldada por el Frente de la Victoria) y Valores Ciudadanos (del grupo del intendente, que simpre le ganó a los candidatos de Casa de Gobierno).
Desde el quinto piso «bajó la orden» de encolumnar al polémico ex bancario Sosa detrás de «Petu»Argañaraz. Es uno de los sublemas «mimados», pero no descuidan el aporte que pueda hacer el médico de la Mesa Covid, Julián Bibolini. En ese abanico de oferta electoral hay otras listas «junta votos».
COMPLICADO
El peronismo local se muestra desorientado. En estos días, la oposición, con la visitas de «mediáticos» porteños impone agenda.
LA CAMPAÑA DEL NO. En contra al slogan positivo a nivel nacional, en Formosa el peronismo se muestra negativo. No a los medios porteños, no a Google, no a Carbajal, no a Paoltroni, no a las redes sociales, no al color amarillo, no a Macri. Organizan actos, reúnen a la militancia y dedican gran parte de ellos en «darle etnidad» a lo que digan o hagan los antiGildo.
TAMBIÉN LEA
El partido gobernante mantiene el tradicional sistema «para hacer campañas»: actos masivos, defendiendo «el modelo», inaugurando y exhibiendo obras, criticando a Macri y pidiendo «la boleta azul completa» para respaldar a Gildo Insfrán. Nada nuevo.
EXTRAÑA OPOSICIÓN
Entonados con el resultado de las PASO, radicales, macristas y desarrollistas le pusieron una sonrisa a sus campañas. Por algunas horas quedaron atrás las objeciones incisivas al gobernador y criticar todo: desde el uso de vehículos oficiales para uso político, lugares de actividades (clubes, escuelas), etc.
Enzo Casadei y Julieta González cierran la campaña en la bailanta «Bambú». Un clásico popular formoseño «que sufrió el cierre por la pandemia». Detalle no menor.
Por estrategia, naturalización o descuido, se olvidaron de esa prácticas. Es más, en algunas entrevistas se olvidan de Gildo, no lo mencionan (el primero en ignorarlo fue Carbajal en la campaña PASO).
LOS VOTOS PERONISTAS, Y LA GENTE
En el abanico de alternativas que se ofrecen para este domingo, aparecen «nuevos jugadores», tal es el caso de Marcelo «Pepe Guapo» Ocampo.
Pero al escenario se suben peronistas disidentes que «van por fuera» del PJ. Gabriela Neme, Adrián Bogado, Juan Domingo Zaragoza, Paolo Rodríguez, el matrimonio Nievas (Libres del Sur).
Hasta el 14 a la medianoche no sobremos a ciencia cierta cuantos votos colectarán. Lo real es que todos «rapiñarán» votos peronistas que «hoy navegan en la pecera oficialista».
Remontar el 48% de las PASO es el gran desafío de Gildo Insfrán. La «patriada» no es fácil. Son 10 horas las que los políticos dependen de la voluntad, memoria, crítica y humor del pueblo. Todos los votos valen uno. Pocos, o casi nadie se anima a aventurar un resultado del 14N. Aprendieron a no subestimar al pueblo. Enhorabuena.
Estamos en la recta final, restan pocos días para ir a votar. Queda poco por hacer, excepto que fuera un bono importante en el bolsillo de los empleados públicos.
ARTÍCULO RELACIONADO