Luego del revuelo que generó la noticia a fines de agosto de una chipera que ingresó clandestinamente desde el Paraguay a Formosa, y se ubicó en una céntrica esquina para vender chipas a los ocasionales transeúntes, tras lo cual se conoció que era portadora de coronavirus, en la ciudad de Formosa no surgieron otros sobresaltos luego de ese susto del que ya pasaron más de dos meses.
Con la mirada para adelante, el Gobierno se reunió con los propietarios de locales gastronómicos de distinta clase para coordinar la apertura y reinicio de actividades respetando los protocolos sanitarios vigentes para evitar la propagación del covid-19 si éste apareciera en la ciudad capital.
Con los restaurantes y bares lustrando el polvo de los muebles que se acumuló durante siete meses de inactividad, sumado a que micros y minibuses de larga distancia podrán trabajar en viajes entre localidades de la provincia (que no estén bajo bloqueo sanitario), dejan solamente un puñado de actividades sin el permiso para retomar actividades, pero con la esperanza de que pronto podrán hacerlo.
La ciudad capital, que concentra la mayor densidad de población de toda la provincia, mantuvo bajo control el coronavirus pese a un contexto regional desfavorable y constantemente amenazante de filtrar la patología por algún ingreso no controlado.
Si bien en los primeros países en los que golpeó la pandemia, ya se habla de una “segunda ola” de contagios, el tiempo transcurrido desde mediados de marzo hasta hoy, prepararon y crearon la conciencia suficiente en la población para adecuarse a nuevos modos de vida, que incluyen los mecanismos de distanciamiento, higiene y protección con los barbijos.
En la eventualidad de que el coronavirus gane en algún momento las calles formoseñas de la capital provincial, es muy probable que rápidamente sea controlado el brote por los hábitos que poco a poco fueron haciéndose más cotidianos en la población después de tantos meses de pandemia en todas partes.
Dicho de otro modo, después de haber frenado al covid-19 tanto tiempo, cuando finalmente golpee a Formosa, la ciudad ya va a estar suficientemente preparada para contener el virus, aislarlo, trazarlo y continuar al mismo tiempo con la vida cotidiana.
Tras dos meses de ese aciago 27 de agosto pasado, creemos que hoy la famosa “chipa del Iasep” recuperó su estatus y demanda que se vieron golpeados por un evento inesperado como tantos relacionados a la pandemia de coronavirus.
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