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Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo occidental, por lo que la prevención y el control de sus factores de riesgo, son importantes a la hora de evitar su aparición.
El síntoma más habitual es un dolor muy fuerte en el centro del pecho que no se alivia, en ocasiones se irradia hacia la mandíbula, cuello y brazo izquierdo. En cuanto se tenga la mínima sospecha de que se está sufriendo un IAM, potencialmente mortal, hay que llamar de inmediato a urgencias, y trasladar al paciente a un hospital. Cuanto más tiempo pase, menores serán las posibilidades de recuperar ese corazón. El tiempo es oro en los infartos agudos de miocardio.
Los infartos tienden a concentrarse por la mañana. «Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo occidental».
Según recuerda la Fundación Española del Corazón (FEC), el ‘infarto agudo de miocardio’ tiene lugar por un riego sanguíneo insuficiente debido a la obstrucción de una arteria coronaria. Pueden aparecer en cualquier momento del día, aunque tienden a concentrarse por la mañana.
Cualquier persona puede sufrirlo, pero no todas tienen el mismo riesgo. Las que más son aquellas que han tenido problemas cardiovasculares previos, o aquellas de más edad, o con factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, colesterol alto, tabaco, obesidad, sedentarismo, edad avanzada, entre otros).
A veces no es el único síntoma, pueden presentarse: falta brusca de aire y dificultad para respirar, pérdida conocimiento, sensación mareo intensa, o el sudor frío. Otras veces se manifiesta con dolor en la parte alta del abdomen y ganas de vomitar, palidez y alteraciones en los latidos del corazón.
Requieren de una atención médica especializada lo más inmediata posible. De ello dependerá, en un porcentaje de casos mayoritario, la supervivencia de quien lo sufre, y la superación del cuadro clínico sin secuelas para la salud.
¿Cómo se produce?
Según explica la FEC, las arterias coronarias se estrechan por distintas causas. Las más comunes son un coágulo de sangre, y la ‘aterosclerosis’ o depósito e infiltración de grasas en las paredes de las arterias, que se va produciendo progresivamente, facilitado por los factores de riesgo antes citados. Después, indica que el oxígeno no llega al miocardio (músculo del corazón), y al no recibir ese oxígeno, no puede producir la energía para moverse, por lo que mueren las células del tejido que no reciben sangre (el tejido se necrosa).
El diagnóstico se hace mediante un electrocardiograma y, una vez confirmado, es prioritario trasladar al afectado a un hospital para que le realicen un cateterismo cardíaco urgente porque a medida que pasa el tiempo, la probabilidad de que el corazón se recupere es menor.
El papel de la angioplastia primaria.
«El mejor tratamiento posible es abrir esa arteria coronaria obstruida, y la mejor alternativa terapéutica es la realización de un cateterismo urgente, para realizar una angioplastia sobre la arteria obstruida.
«Es la mejor opción para que evitar las secuelas posibles tras un infarto», resalta la FEC en este sentido.
En concreto, detallan que la angioplastia primaria consiste en la dilatación de una arteria coronaria en la fase aguda de un infarto, con el fin de limpiar el trombo que la obstruye, y facilitar la circulación sanguínea lo antes posible. «Esto reduce el daño sobre el músculo cardíaco, y mejora la supervivencia y la calidad de vida del paciente», concluyen.