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En la política y mediática nacional surgida a partir de los cuadernos del arrepentido Centeno pusieron en vilo a la sociedad y a los políticos de la Argentina. Y claro Formosa no es ajena de esa situación que mantiene alerta a oficialistas y opositores atento a alguna vinculación que incorpore a nuestra provincia o algún funcionario en el candelero periodístico.
La complejidad de caso tiene muchas aristas y lecturas de acuerdo al prisma usado para observarlo. Un amigo, trayendo una anécdota campesina, dijo «es muy difícil emplumar a la gallina». Qué quiso significar?. Simple. «Una vez que te encajaron el mote de malo, corrupto, lerdo, inoperante, sucio o lo que fuera es muy difícil quitarlo» explicó. Y trajo casos de ejemplo: la equivocada salida de De La Rúa en un programa de Tinelli, entre otras. «Es un tatuaje, es para toda la vida. Queda alojada inconsciente de la sociedad».
Ese es el punto que el gildismo debate internamente y enfrenta para afuera resaltando logros de la extensa gestión del hombre llegado de Laguna Blanca en diciembre de 1983 vino a la capital para jurar como diputado provincial.
LA COMUNICACIÓN EN TIEMPOS DEL CELULAR Y LOS NUEVOS VOTANTES ESCLAVOS DEL CELULAR
Los medios electrónicos informan tanto a la gente que la convierten en más independiente y se tornan difícilmente manipulables. El peronismo nacional hoy enfrenta varios dilemas, entre ellos: estar alejado de la Casa Rosada y la masividad y diversidad de la información. Acostumbrado al uso extremo del poder, al PJ hoy se le complica guiar con facilidad a la opinión pública y no controla los fondos del Estado.
Este panorama lo debilita emocional y políticamente. A la mayoría de los medios influyentes los mira desde la vereda de enfrente y tienen a su máxima figura rodeada de denuncias de corrupción.
Pero aunque son hechos, declaraciones o fotocopias que deberán probarse en estrados judiciales, buena parte de la sociedad ya juzgó, mientras un núcleo duro escuda a Cristina de los embates.
RADICALES Y LOS PRO
Por el lado del macrismo local y nacional también miran con preocupación estos meses de incertidumbre, desocupación en avance, obras paradas y salarios que no alcanzan. «Para colmo, hay que ir viendo candidatos para posicionarlo hacia al 2019». Muchas miradas apuntan a Fabián Olivera como aspirante a ocupar la intendencia capitalina, pero saben que «sólo es difícil llegar, porque el gildismo se recuesta en la Ley de Lemas y hace la diferencia». Los radicales dicen: «Tendremos uno dos candidatos más que lo acompañen».
LA LLAVE DE LA LIBERTAD
Empresarios, banqueros y ahora ex funcionarios K encontraron una llave que los libera de la soledad de las celdas: convertirse en arrepentidos los regresa al calor del hogar. Por eso no dudan en «mandar al frente» a los compañeros que «comieron caviar delante de los que tenían hambre».
Cristina abanondó el silencio y decidió contestar con respuestas para entendidos: «Uberti no fue funcionario mío», «Yo no recibí coimas». Decidió «salvarse sola». Dejó libertad de opinión o criterio. Se desligó del gabinete de su esposo y también del suyo.
Así, la novela continuará. Vaya uno a saber cuántos capítulos restan y cuál será el final. Mientras tanto, el país vive el peor momento del macrismo desde que asumió la presidencia.
ARGENTINOS ACTIVOS
La noticia se democratizó. El lector, oyente o televidente dejó de ser pasivo para interactuar con los medios o bien, informarse con sus propios medios buscando y encontrando la información que quieras en Internet. En medio de todo este panorama, una buena parte de la población rechaza u «odia la política».
Un celular es una biblioteca al acceso de todos. En segundos se puede pedir una pizza por whatsapp, que enseguida te trae un delivery. Durante la espera podés ver y escuchar en el smartv conectado a tu celular a Silvio Rodríguez, Lucas Sugo o un discurso de Gildo en el 2005. Cuando llega el motomandado pagás la muzzarella con Vale Pei sin tocar la billetera. Todo se hace y deshace desde el smartphone.
La realidad es cambiante, se modifica día a día. Y muchos políticos formoseños que peinan canas, aún no se han percatado de esos rápidos y agigantados avances de «los chicos».
Pocos tiempo ha pasado de aquella jornada de sábado cuando Gildo Insfrán fustigó a las redes sociales. Después reaccionó y ahora tiene su plataforma de redes sociales. Así nomá é.
IMPREDECIBLE
Nadie puede predecir lo que ocurrirá en un año y dos meses, cuando los argentinos decidamos en las urnas quién gobernará el país hasta el 2023. Empero, la ansiedad de los políticos y posibles o seguros candidatos lo desespera, quieren conocer resultados de encuestas constantemente. Para qué? si resta pasar mucha agua bajo el puente todavía…
El «mundillo» de funcionarios y políticos olvidad que para el hombre común las urgencias son más cercanas: saber si funcionan los colectivos, que van a comer esta noche, conseguir un turno en el hospital o salir a buscar una changa que permita «llenar la olla» un día más.
Recién pasaron 10 meses de las últimas elecciones. Para las próximas falta un año y dos meses. Antes de ello festejaremos Navidad, Año Nuevo, Reyes, nos queda carnavales, vacaciones, semana santa, día del padre, etc. etc. En el medio, el bolsillo de la gente, golpe a golpe irá enfrentado una difícil situación que Macri no advirtió o no quiso contar durante la campaña electoral.
«The economy, stupid» (La economía, estúpido) rezaba un cartel en el bunker de campaña electoral de Bill Clinton en 1992. Luego la frase se popularizó como «es la economía, estúpido».
Aunque el cartel era solo un recordatorio interno, la frase se convirtió en slogan no oficial de la campaña de Clinton, que resultó decisivo para modificar la relación de fuerzas y derrotar a Bush, algo impensable entre los ciudadanos de EEUU poco antes de la irrupción de ese eje de campaña.
Justamente ese es el punto que inclinará la balanza electoral. Es sentido común, nada nuevo. En 400 días sabremos si Macri pudo controlar la inflación, evitar más despidos, generar trabajo. En definitiva, sabremos si el bolsillo de los argentinos tiene la tranquilidad para definir a quién votar sin la influencia determinante de una situación financiera que ahoga, deprime y es capaz de modificar un resultado electoral por los últimos dos meses previos al día de las elecciones.
Volviendo a la gallina. Se imagina emplumar una? Complicada la tarea, no?. Es tan difícil como recomponer la imagen de un funcionario o candidato «escrachado» por la sociedad.