LECTURAS RELACIONADAS
El electorado, en las elecciones del año pasado, decidió cambiar. Le sacó el sillón a Fernando De Vido de la intendencia y al kirchnerismo de la Casa Rosada, después de 12 años. El humor de la sociedad, muchas veces está alejada de los análisis de los políticos que «viven en un mundo aparte». Buena parte de las familias que cada dos años van a votar, tienen en sus cabezas el precio de la yerba, el boleto de colectivo, si podrá viajar al interior a ver a la abuela o si consigue un trabajo estable y en blanco.
El peronismo gobierna la provincia desde 1983. Además del tiempo que lleva Macri, tuvo como poder nacional adverso a Alfonsín (83-89) y De La Rúa (99-2001), solo 9 de 32 años. En la comuna capitalina, la excepción fue Gabriel Hernández (99-2003); solo 4 años de 34. Gildo enfrentó dos años al presidente radical en 21 años como gobernador.
Por eso las sorpresas de los candidatos que politizan absolutamente todo. La realidad camina por senderos diferentes. El día a día de la gente, nada tiene que ver con las preocupaciones de la clase militante y funcionarios.
GILDO, JOFRÉ Y MACRI
En este contexto, si «el cambio» que los capitalinos decidieron hacer en la ciudad lo convence, poco le costará «probar» hacerlo a nivel provincial. Sin embargo, si Jofré no logra mantener su caudad electoral propio también podrá afectar al «campeón provincial en las urnas»: los votos del peronismo se pueden fugar. En ambos escenarios Gildo queda en el medio. Con Jofré devaulado, puede ganar espacio la oposición provincial en el 2017. Con Jofré fortalecido, el ingeniero se potencia -para lo que pretenda- con miras la 2019.
La opción -en la capital- que le resta a los mandamás del quinto piso es crear en estos tiempos «una figura» convocante «y con votos propios» que responda 100% a sus intereses políticos, como lo hacía Nando De Vido. En esa tarea están, pero, hasta ahora, no encuentran ninguno.
Varios «gildistas de la primera hora» tienen la mirada puesta en la calle San Martín al 700 con mucha desconfianza. Pero el hombre de Laguna Blanca tampoco deja de observar cada movimiento del macrismo en Formosa. Si a Macri le va bien (en las urnas) también le irá bien a los oficialistas nacionales en Formosa.
Eso puede siginificar una aspiración de máxima de los radicales: romper la mayoría automática en la Legislatura: «con dos diputados más rompemos el dos tercio y podemos hacer bajar al recinto a cualquier ministro para interpelarlo» señalan con los dientes apretados.
«AFILADOS»
Como nunca, los radicales recorren la provincia un año antes de las elecciones. Y, además de criticas a la gestión provincial, llevan en sus alforjas subsidios, planes sociales, pelotas de fútbol, camisetas y alguna que otra ayuda económica. A eso le suman la gestión de varias delegaciones nacionales con estructura para concretar soluciones. Situación diferente a la de años anteriores cuando solo exhibían y promesas y «todo lo negativo».
Esta competencia, que favorece a los formoseños de carne y hueso, hizo mover las fibras íntimas del peronismo que aún no se acostumbra a tener un Presidente amarillo. El peronista, que ama, disfruta y ejerce con pasión el poder, aunque a veces se exceda, salió también al ruedo con sus armas nobles: mostrarse cerca de la gente y ayudarla.
Aunque muchos apresurados y ansiosos quieran «revancha ya!!» en las urnas, deberán soportar el lento paso del tiempo hasta llegar a octubre. En esas semanas, el «voto bolsillo» definirá el resultado electoral de una elección que tiende a nacionalizarse donde se plesbicitará la gestión Macri.
Pero ahora sumó un condimento extraño: tienen que despotricar contra un gobierno. En el intento caen en la «mala onda» que siempre criticaron. Muchos, en redes sociales o charla de tereré, se convirtieron en difusores de «la cadena de la mala onda».
LOS MEDIOS TRADICIONALES Y LOS MEDIOS DE LA GENTE
Otro escollo que tiene la clase política, y los oficialismos en particular, es el crecimiento de las redes sociales. Aunque con escaso rigor periodístico, en Facebook escribe la gente, con el lenguaje de la gente y los «círculos» o versiones crecen tanto que se imponen como opinión pública. Los medios tradicionales (fundamentalmente diarios papel), que están obligados a tener fuentes seguras están 24 horas con un ojo en los medios alternativos.
El gildismo apuesta a la división del Frente Amplio Formoseño (FAF) para sacar provecho propio en las luchas partidarias radicales; pero versiones que llegan de la capital del país indican que «Ricardo y Luis» ya se sentaron a hablar de «un acuerdo» a instancias del presidente que «mandó a medir con encuestas Buryaile y Naidenoff, entre otros posibles candidatos».
Esta situación complica el control que pretenden los gobierno de verificar «todo» lo publicado. En Formosa hay varios casos de medios que solo lo leen o escuchan los que lo sostienen econonómicante porque no logran audiencia, lectores o televidentes.