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FUE PRIMICIA
Alrededor de las 4 de la mañana de hoy, tres delincuentes ingresaron «saltando un tapial, desde la casa vecina» a la vivienda particular de un conocido profesional de la calle Padre Grotti , en el barrio Don Bosco sorprendiendo a un grupo de amigos de hijo del dueño de la morada. Mantuvieron en vilo a la unas 15 personas «cerca de una hora» y luego «se fueron por la puerta principal».
De acuerdo a testimonios, los malvivientes«ingresaron violentamente con pasamontañas y armas de fuego», «obligaron a tirar los celulares y zapatillas a más de 10 jóvenes que estaban en la pileta y los encerraron en una habitación del primer piso. Mientras tanto, amenazaban al matrimonio Di Biase exigiendo dinero». Luego escaparon.
La dramática situación generó pánico, mientras los delincuentes reclamaban y buscaban dinero. No se informaron detalles de lo robado. Se inició investigación policial.
En la casa del médico, es habitual que amigos de sus hijos compartan noches de esparcimiento en la piscina, «por eso había varios pibes» agregaron las fuentes que también indicaron que «los chorros estaban vestidos de negro y con guantes«.
“Uno de los delincuentes nos alumbraba en la cara con una linterna para encandilarnos y apuntaba con una pistola. Después, nos tiró al piso y nos maniató con los brazos detrás de la espalda”, relató el reconocido oftalmólogo al diario La Mañana.
Los delincuentes reunieron a todos los rehenes en la planta baja y mientras dos encañonaban a Di Biase y los jóvenes, su mujer fue llevada a la planta alta para que entregue objetos de valor que la familia no tenía.
El calvario duró casi una hora, durante la cual tuvieron que soportar golpes con la culata de la pistola por diferentes partes del cuerpo. “A mi esposa le ponían un cuchillo en el cuello en forma reiterada, a mí me lastimaron la espalda con otro cuchillo y decían que iban a llevar a mi hijo para matarlo. El poco dinero que había en la casa lo encontraron. También me llevaron a la planta alta con la idea de entregarles joyas y efectivo que no tenemos. Traté de explicarles que lo que encontraron era todo pero parecían no entender”, se explayó.
Todos fueron encerrados minutos más tarde en un vestidor de la planta alta, completamente maniatados con cables que cortaron del teléfono y otros objetos de la casa. No conformes con eso, rompieron el picaporte para que no pudieran salir.
