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«Ya comenzó la campaña del 2017», es la frase en común que tienen los gildistas y los oficialistas nacionales. Y la puja para mantener votos de los aliados del gobernador en el interior, ahora choca con los «macristas» locales que cada semana «bajan» con operativos políticos y «de gestión» con el afán de seducir al electorado «en la previa» a una crucial elección legislativa que enfrentará el gobierno nacional.
La pugna es todo terreno y también alcanza a los intendentes. Insfrán captó la iniciativa del ministro Buryaile y el senador Naidenoff (que viven una apasionada interna) y comenzó a poner su mirada en los jefes comunales. «Como nunca, nos llaman, nos reúnen, nos escuchan» dijo un dirigente del oeste formoseño al hacer una comparación con «años anteriores, donde el `gober`gestionaba en Buenos Aires y nosotros teníamos una relación cortada», pero no se queja «de la cantidad de obras que se conseguían». Pero ahora, el escenario cambió.
Este fin de semana, se vivió la síntesis: tanto Gildo como Buryaile decidieron «pasar el sábado» con los productores, entregar maquinarias, escuchar propuestas y prometer gestión. En el caso de Insfrán, también tiró unos «palitos» al gobierno nacional y se mostró pesimista con respecto al futuro.
Gildo no está acostumbrado a tener gobiernos nacionales adversos: de los más de 20 años que gobierna la provincia, solo tuvo 2 años y 10 días a uno «de otro color«: Fernando De La Rúa (1999-2001). En su largo caminar se mostró cerca de Menem, Duhalde, acompañó hasta el día de la renuncia a Rodríguez Saá, fue kirchnerista de la primera hora y «cristinista» hasta el último día.
Con más experiencia sobre su espalda política, una agenda «de caudillos» provinciales con quienes mantiene permanente contacto, el mandamás del quinto piso de Casa de Gobierno tiene como puntos adversos «el desgaste de su gestión» y la «nueva generación» de votantes. El hombre de Laguna Blanca, además, sabe que «Macri no es De La Rúa», y la embestida política que pueda hacer el disgregado peronismo «post-kirchnerismo« no tendrá el mismo efecto desgastante que allá por el 2001. Los medios, la sociedad y la opinión pública son cada vez más complicados para controlar o influir.
ELECCIÓN CLAVE PARA EL MACRISMO. El año entrante se elegirán 24 senadores nacionales en 8 distritos. En Formosa se renuevan las bancas de Mayans, Naidenoff y Graciela De La Rosa. También se elegirá en Buenos Aires, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz.
Además, Gildo enfrenta otro frente interno: la grieta que puede ocasionar una nueva candidatura de José Mayans como senador nacional. De concretarse, la reacción del intendente Celauro -que ya le ganó al candidato mayanista – sería imprevisible, considerando los antecedentes del adversario «de toda la vida» del ex empleado telefónico de la segunda ciudad.
Mientras tanto, el gobernador y jefe del PJ local ya «bajó el tono» de la interna entre Jofré los «devidistas» que perdieron las elecciones comunales el año pasado.
EL OFICILISMO NACIONAL
Los que apoyan al gobierno nacional se muestran entusiasmados, pero el eterno internismo «no lo deja vivir» con tranquilidad este tiempo de viento a favor. Cada vez que planean una actividad, antes preguntan «qué hacen ellos», al referirse «a los de la Red Solidaria» o los muchachos del ministro de Agroindustria. La duda, que seguramente la definirán los sondeos de opinión en manos del presidente Macri, es saber si Naidenoff o Buryaile.
Mientras tanto, y con la mira puesta en «sacar a Gildo del quinto piso«, recorren el interior con amplias sonrisas llevando soluciones que hace más de 15 años no estaba en sus manos. Por eso se topan con respuestas que le hacen tragar saliva: «muchas gracias señor, pero yo voto a Gildo» suelen escuchar de productores que reciben semillas. «Gildo está muy metido en la gente» dicen los correlí en voz baja, saben que tienen que luchar contra ese estigma que le quita el sueño «pero hoy estamos bien, vamos a crecer» aseguran en medio de optimistas reuniones.
La puja tiene sus tropiezos más inesperados: la comunicación con funcionarios del gobierno es para las fotos, «salimos de los despachos y todo se traba. Es imposible trabajar en conjunto» sintetizó un delegado nacional en la provincia. Ya «mordieron el polvo» cuando aparecieron todos los impedimentos que no permitieron que «La Princesita Karina» venga a Formosa. En el quinto piso se vieron sonrisas cómplices.