Minutos antes de las 9 de la noche, después de la «curva sin pendiente» ubicada frente a la Reserva Guaycolec, el conductor de un Ford Fiesta que venía hacia la ciudad capital habría «mordido la banquina» provocando un raro movimiento «en U» que dejó el auto propiedad de la concesionaria Sebastiani «estacionado en el otro carril, en posición contraria a la que traía».
En ese momento, un taxi paraguayo que viajaba hacia Clorinda, «impactó de lleno» en la parte de atrás del Fiesta. Por la fuerza del choque, el rodado menor terminó en la banquina, en medio de los pastizales y a pocos metros de un puente.
En medio de la oscura noche, pudo comprobarse la muerte de tres de los cuatro ocupantes del Ford Fiesta: uno de apellido Arguello, Alejandro Acosta y Miguel Gómez (menor de edad).
Mientras que una nena, Lourdes Arguello, fue trasladada de urgencia al Hospital de la Madre y el Niño. Estaba «muy grave», falleció horas después.
Amigos y compañeros de trabajo de las víctimas hacen sentir su pesar en las redes sociales.
Cuatro horas despúes del lamentable accidente, personal policial y de Gendarmería Nacional aún trabajaban en el lugar con escasas señales de advertencia. «Ni si quiera tenían conos iluminados. La posibilidad de que ocurriera otro accidente estaba latente».