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Desde el despacho mayor del quinto piso de la casa vidriada de Belgrano al 900, todo se ve distinto. Lapicera en mano, chequera en escritorio, encuestas en el cajón y teléfono rojo a disposición, el gobernador Insfrán ordena la jugada “a su manera” para los eventos electorales que vienen. Las PASO de agosto y las generales de octubre.
Como la mayoría de los formoseños, el veterinario que maneja la tropa del PJ hace 20 años, descuenta el triunfo en las urnas del gildismo. La cantidad de concejales, intendentes, o diputados es un tema menor para el presidente del PJ.
A su alrededor, en silencio impaciente, los funcionarios de primera línea deshojan el almanaque –otra vez- y postergan sus aspiraciones de sentarse en sillón que alguna vez dejará el oriundo de Laguna Blanca.
De concretarse los pronósticos, con un período más de gobierno en su currículum, Insfrán tendrá 68 años de vida y casi un cuarto de siglo como gobernador totalizando –sumando sus 4 años de diputado provincial y 8 de vicegobernador- 36 años de gestión pública. Más de la mitad de su vida.
Por ello, los cercanos suponen que “esta elección es clave” porque comenzará a delinearse la sucesión en el tramo final del largo reinado de Gildo en la provincia.
Los años no vienen solos. Y aunque Insfrán se muestre sólido y tome a la gobernación como una vocación o una profesión que ama ejercer; en su interior ya piensa en su sucesor. La presión de las familias de los funcionarios que hace dos décadas lo acompañan, suman presión. La plata no es todo, el bronce existe… pero también la tranquilidad del hogar.
Justamente por este escenario la interna de ministros es encarnizada. Mostrar poder, capacidad de organización, liderazgo, adhesión popular y electoral es la tarea de los precandidatos en las Paso-Gildistas.
“Los únicos mensajes que seducen al uno son los votos” comenta un cercano colaborador. Para “sumar”, todo vale en el mundo de los ministros: desde tener medios afines o propios, hasta legisladores que le responden.
JOFRÉ O DE VIDO. El ministro de Infraestructura ya lanzó su candidatura a intendente de la ciudad. Enfrente tiene a un hombre del rinón de -al menos un par de ministros de billetera poderosa- Fernando De Vido.
El dato llamativo es que Nando aún no se puso el cartel de candidato a la reelección. Juega en silencio. En su círculo esperan un anuncio pos 9 de agosto: sueñan con al vicegobernación. Pero a esa posibilidad, los florobogadistas la consideran lejana.
En la distancia, en la Perla del Sur, Brignole también se anota promocionando su figura con letras de molde, con mucho ruido. Mientras tanto, la descuidada ciudad tendrá varios días sin lluvias que la comuna aprovechará para recuperar terreno perdido.
HABRÁ UN PERDEDOR? En el PJ, generalmente, no arriesgan. No quieren perdedores en batalla. Pero si, en la elección capital, De Vido compite con Jofré habrá un perdedor. Y el que pierde, se va?. Queda fuera de carrera?. O acaso usted piensa que uno de los dos se prestará solamente para sumar votos para el lema del peronismo?.
CAYÓ PAPACITO. El récordman en cuestiones judiciales tuvo un revés. El apoderado del PJ tropezó con un fallo de la Cámara Electoral Nacional que dirimió –por unanimidad- a favor de Gabriel Hernández y Juan Carlos Amarilla, apoderados de la oposición.
Más allá del Bermejo entendieron que Martín Hernández puede ser candidato a diputado nacional llevando seis boletas distintas que lo apoyan: las de Macri, Sanz, Carrió, Massa, Stolbizer y De La Sota. Más de la José Blasich.
Además, en el cuarto oscuro del 9 de agosto, habrá otras listas que competirán con la solitaria “azul de Scioli-Basterra”: la boleta del Partido Obrero, la de Pablo Miguez (Agrupación Principios y Convicción), el Movimiento Justicia y Dignidad (Ernestina Kispe). Usted encontrará 11 boletas para elegir solo una.
El fallo de la Cámara insiste con la confusión para los electores y recomienda “la conveniencia de evaluar la instrumentación de boleta única” para evitar estos conflictos jurídico-electorales.
Qué el miércoles gane el fútbol, el espectáculo. Como ya se ocurrió con la Fiesta del Pomelo y el show de los Globetrotters.