«No me animo a dar una opinión, no soy sociólogo. Hay una realidad que se nos está escapando que es el Estado mutante que en estos momentos tiene nuestra sociedad, el formoseño forma parte de una sociedad argentina de la cual hay una característica real, de mutación, de cambio», aseguró José Luis Pignochi, autor del libro “Mi Diccionario Lento” y “Pombero”.
El apasionado de la palabra y las costumbres de Formosa agregó que el «formoseño» está cambiando constantemente.
También se refirió a que en la actualidad la gente es diferente y el relacionarse es distinto: «con el ingreso de internet y las redes sociales hay un proceso de integración, una capacidad de lectura de la realidad que no la teníamos hace algunos años atrás».
Pignocchi aseguró que tiene dificultad para analizar al formoseño; «es un personaje totalmente diferente cada día. Es decir, está en un proceso de mutación inconsciente que sin entrar a calificarlo no vamos a decir que es bueno ni malo, este es un cambio. Creo que eso nos genera una dificultad de contextuar con los elementos tradicionales a una persona que está en un proceso de cambio profundo», aseveró.
El ex magistrado asintió que el cambio tiene incidencia en todos los ámbitos porque «las figuras tradicionales están en crisis a partir de la tremenda influencia de la tecnología de los medios masivos».
Por último, se refirió a lo que respecta al lenguaje popular, ya que él se ha centrado en el estudio del mismo y ha brindado su aporte. «Hay términos que incorporan los chicos en su lenguaje no solamente gestados en el país. Chacalear: esa palabra nace en México, quiere decir robar, sacar la primicia, robarle la novia a un amigo; argel, pichado, lento, así noma eh; aijue, embarcadiso (marinero fluvial)». «La gloria para el formoseño es que tiene como orígenes como nutriente de su lenguaje popular a dos de las lenguas que se llamaban ´francas´», culminó.
