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Otro capítulo de los permanentes enfrentamientos entre aborigenes, criollos y policía. Ahora, luego de los sucesos del sábado por la madrugada que terminaron con vidrios rotos de un micro y varios autos con posterior incendio intencional de una casa de comidas, ahora camina rumbo a un final impredecible.
La Policía tiene la orden de detención de varios nativos que sería causantes de los destrozos, pero los aborígenes se resisten. La plaza central del pueblo es el escenario donde los unos y los otros buscan prevalecer.
«Si permitimos que sigan haciendo lo quieran, no lo paramos más» sintetizó un policía que trabaja en el lugar con carros de asalto y personal de Infantería.
Desde un tiempo a esta parte, el alcohol, la droga y la violencia van ganado espacio en el oeste formoseño. Esta es otra prueba de ello.