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Romper, dividir, politizar. Esa es la tarea constante del relato que practica el gobierno provincial. De ese modo, se asegura llevar siempre la discusión al terreno de lo electoral recordando resultados de elecciones o gestiones de gobierno aunque fueran “de los 90”, o de hace 15 años atrás.
No importa si el tema de debate es Dioxitek, el Carem, la pavimentación de una calle o el nombre de una avenida.
Cuestionar las voces que no coinciden con la idea que baja de Casa de Gobierno “es un deporte” donde las figuras” siempre juegan de local, con público en las tribunas y replicadas los medios oficiales, los militantes electrónicos y los informadores afines.
Si le toca ir de visitante, probablemente no asista. Ejemplo: la charla que organizó el radicalismo en el salón La Cascada.
Ya se sabe, si la oposición dice blanco; el gobierno dirá negro; el debate quedará relegado. Siendo, justamente un escenario donde pueden clarificarse muchas cuestiones polémicas donde abunda la confusión.
Estos conflictos permanentes llevaron a muchos formoseños a privilegiar la posición político partidaria de peronista, radical, gildista u opositor a la condición de formoseño o residente por elección de esta bendita tierra.
Seguir lo que debiera ser un debate en los medios de comunicación o información es ser testigo de un diálogo de sordos. El sentido común queda perdido entre las agresiones y chicanas.
Entonces, el hombre común, el que pretende saber “de qué se trata”; queda aislado. Y si opina puede ser encasillado en algunos de los grupos antagónicos.
Aquí no hay grises. Estás o no estás. No hay otra opción. Y el partido gobernante sabe muy bien esa historia de “dividir para reinar” utilizando un lenguaje conocido de antemano. Aquí todo es predecible.
El gobierno tiene fundamento para llevar el eje de discusión a ese ámbito: tiene muchas elecciones ganadas y resultados electorales con la sonrisa de las urnas a su favor. Además, la mayoría de los formoseños, directa o indirectamente, dependen del estado en lo económico o lo administrativo.
DIVIDIDOS
Del mismo modo que hay sectores bien diferenciados en lo político, también la cuestión social tiene sus grandes lagunas.
Mientras unos amanecen esperando una garrafa social de $ 16 pesos, otros pueden pagar $100 la entrada a una fiesta bolichera en el hotel casino de Formosa donde la ludopatía es la reina de la noche.
Paralelamente, decenas de comerciantes ven con preocupación la baja en las ventas y ya son varios los empleados que fueron indemnizados pero recorren las calles para conseguir otro trabajo.
INTERNA
En el sur provincial, un profesor fue separado de sus cargos y horas de clase por 90 días por resolución firmada por el ministro Zorrilla. Pero, según el docente, hubo una reunión con el Jefe de Gabinete y el propio ministro y todo se solucionó.
Los conocedores, indican que es parte de la interna entre gildistas. No es novedad, considerando que hasta los cortes de ruta de los nativos son expresiones de las diferencias entre funcionarios de gobierno.