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El programa «Algo Está Pasando» (emitido de lunes a viernes de 8 a 12 horas, por QTH FM 101.9 y en simultaneo por VLU 88.5) se refirió a los numerosos comercios clausurados en lo que va del año. Otro tema emergente fue la problemática de las fiestas «encubiertas», se trata de una cuestión muy presente durante las noches formoseñas. ESCUCHE EL AUDIO.
En ese sentido, el director de Bromatología de la Municipalidad de Formosa, Licenciado Guillermo Romero, aseguró que «en lo que va del año ya llevamos alrededor de 120 locales clausurados, durante toda la semana se trabaja en ello, anoche -jueves- clausuramos 5 locales de venta, por venta de bebidas alcohólicas fuera del horario permitido, en algunos casos algunas clausuras se dieron porque se vendieron a menores; eso es un problema gravísimo en el cual estamos abocados todos, de cualquier manera el alcohol como ustedes saben trae graves inconvenientes, no solo porque se vende y se viola una norma sino por la consecuencia de una ingesta en exceso. Creo que el trabajo que hacemos lo hacemos en beneficio de la comunidad no lo hacemos por el hecho de recaudar, eso quiero dejarlo en claro», expresó.
LOCAL BAILABLE CLAUSURADO
Consultado sobre un conocido local bailable que recibió la sanción de 25 días de clausura, Romero explicó que «ya se produjo el levantamiento, tuvo no solo una clausura sino que también tuvo una sanción económica, ambas cosas tienen que ir complementadas, pero ya se produjo el levantamiento y durante este fin de semana ya va a trabajar».
FIESTAS ENCUBIERTAS
Respecto a las fiestas privadas o eventos encubiertos en la ciudad con ventas de precintos o entradas para casas, quintas o salones de eventos con ingreso de menores y venta de alcohol, se le preguntó sobre la probabilidad de controles que tienen con el tema de menores, de locales que no están habilitados como boliches pero terminan como tal. «Hay una fiesta que piden autorización para un determinado evento generalmente son cumpleaños de mayores y terminan desvirtuándose estas autorizaciones por una fiesta con cobro de entrada, entonces entramos en un aspecto comercial, obviamente cuando alguien paga una entrada para acceder a algún lugar el que puede pagar lo hace pero ya no hay control de que son menores», dijo. que «generalmente concurren menores y ahí vienen los problemas, porque primero y principal se desvirtúa el objeto de la autorización y en segundo lugar se viola el respeto que deben tener cuando se trata de fiesta de mayores, a veces se hace en lugares no habilitados estas fiestas, puede ser una quinta una casa y terminan sucediendo situaciones hasta de carácter policial como lo hemos visto en algunos medios», comentó el director.
En este contexto se recalcó que desde el municipio se encuentran en la tarea férrea de prevenir estas situaciones, ya que mucha de la gente que organiza estos eventos no se hace responsable de de ninguna manera de estas situaciones, ya que lo hacen para conseguir un rédito económico y no se fijan en las consecuencias.
«Hay una franja etaria que está dentro del marco de que no tienen un lugar donde ir porque las normativas prohíben a menores de 18. Pero quiero dejar aclarado que hay una norma que si permite que toma un horario intermedio, permite a menores de 14 a 17 años estar hasta las 2 y 30, en lugares habilitados», aclaró Romero.
Cuando se le preguntó por la venta de los famosos «precintos», respondió que «eso generalmente se usa para evitar el registro, un precinto lo imprime cualquiera y es para identificar al que ingresa a un lugar determinado pero tiene el mismo objeto que una entrada. En realidad no hay ninguna normativa que pueden accederse o hacerse como un elemento valido un precinto, eso se usa más bien en las hotelerías o en los bares. Son manera para eludir cuestiones impositivas».
El director de Bromatología finalizó diciendo que el «el ejemplo más claro es el de los cumpleaños, en donde se dice ´yo vendo esto como una colaboración para poder pagar el costo del DJ o el costo de la bebida´ pero ese no es el sentido. Surge como un evento social común, pero luego se desvirtúa, terminan haciendo una fiesta con cobro de entrada y termina ingresando cualquiera y obviamente que el alcohol se vende en manera indiscriminada».