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El sólo hecho de pensar que no transitamos a un año electoral y que, con los antecedentes de Formosa y la realidad de violencia verbal y física que estamos soportando este año de descanso proselitista, el año entrante puede mostrarse como violento y peligroso desde lo institucional y social.
Si a este escenario le sumamos los afligentes problemas económicos a los que está sumida buena parte de la sociedad por los problemas financieros (no les alcanza el sueldo, gastaron más de lo debido, se atrasaron en el pago de la tarjeta, no terminaron de pagar las cuotas de la moto o del auto y «manterlo cuesta mucho» y «encima» comenzaron los deterioros, etc, etc), las reacciones sociales pueden ser las más inesperadas.
Además, un ambiente sensible «fogoneado» por los medios y las redes sociales puede «dispararse» para cualquier lado y poner en peligro la tranquilidad (comparada con otras provincias cercanas) que tiene Formosa.
Por estas horas, en la red social Facebook, se difundió una fotografía donde aparece un hombre apuntando con un rifle a la figura del gobernador Insfrán, retratado en una gigantografía en el acceso a la ciudad de Herradura.
Se generaron muchos comentarios en la cuenta de «Prensa Formosa» al respecto.
Los «memoriosos de Formosa» no dejan de recordar los violentos episodios del 98/99 cuando en Legislatura se definían los pleitos a piñas y saltando arriba de las bancas, las pinturas con pintura color rojo en carteles de gobierno, ni la tensión social que inundaba la provincia.
Venga de donde venga, la violencia o incitación es repudiable. Aquí y en China. Algunos también aseguran que la ostentación del poder y la riqueza también es violencia.