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Por Juan Eduardo Lenscak. Las transformaciones de fondo que se están produciendo parecen imperceptibles, pero a poco de traspasar la frivolidad del zaping y detenerse a meditar sobre los impactos profundos que pueden significar algunas leyes aprobadas, y decisiones adoptadas, caemos en la cuenta que algunos viejos esquemas se estàn derrumbando, emergiendo nuevos a pesar de los riesgos y amenazas que revolotean en la prensa y en los miedos profundos del inconsciente colectivo.
Con solo enumerar algunos de los cambios y visualizarlos en su conjunto, más allá del impacto mediático inmediato, con una mirada más abarataba, emerge un panorama absolutamente diferente al vivido en la década del 90.
El paradigma del servicio público está comenzando a superar por amplia ventaja al respeto por las supuestas leyes del mercado y al lucro sectorial. Lo vimos en el traspaso de las AFJP, en la recuperación de Aerolíneas, de Aguas, y recientemente en la nacionalización del paquete mayoritario de YPF.
También lo pudimos apreciar en la nueva normativa del Banco Central, y en la política de subsidios a combustibles y artículos de consumo masivo, donde se privilegia el bolsillo y la mesa de los trabajadores argentinos, en especial los desocupados y más humildes. Ni hablemos del fin del negociado mediático del fútbol para pocos, o la democratización de la palabra para todos a través de la nueva ley de medios.
El respeto por la diversidad cobra presencia en los contratos civiles de matrimonios igualitarios, y del reconocimiento de la identidad de género.
El concepto de muerte digna desplaza a la demonizada eutanasia. En el nuevo código penal propone contrariamente a lo que sucede en la actualidad castigos más severos por golpear a la esposa o a los hijos que robar una vaca, reafirmando un precepto casi obvio de jerarquización del respeto por las personas sobre los intereses ganaderos de propiedad sobre sus reses.
Cuando se enumeran estas legislaciones que se van aprobando, muchas de ellas por amplio consenso, casi por unanimidad, y de estas decisiones que se van adoptando, nos vamos percatando que estamos siendo protagonistas de una etapa fundacional en la historia.
Que hubo desprolijidades, que se pudo haber hecho mejor, que todavía falta… es cierto, pero no son razones para frenar el intento, sino más bien para profundizarlo. No hay albañil con manos limpias al construir una casa, eso ya se sabe. Lo importante es que la base ya sostiene las primeras hiladas de ladrillos. Y las enmiendas y autocríticas deben servir para seguir construyendo.
Formosa no es una isla, por mucho que determinados sectores lo intenten. El cambio de paradigma que sopla en el país, más tarde o más temprano, como la lluvia del sur, al fin y al cabo, llega. Hasta ahora primó la concentración de las energías en la obra pública como política en favor de la autoestima de toda la comunidad provincial, acompañada de una férrea conducción personal, vertical y concentradora de facultades extraordinarias. Esta modalidad, con sus claroscuros acompañó el proceso nacional y lo apoyó.
Sin embargo nuestra clase política en principio no entendió la profundidad de los cambios que se gestaban, o si los entendió, se resistió a ellos. Así lo pudimos comprobar en el tratamiento de la ley de matrimonio igualitario, donde nuestros senadores votaron abiertamente en contra. O en la implementación de las internas abiertas, simultáneas y obligatorias, donde los oficialismos de ambos partidos cometieron herejías mayúsculas para mantener la continuidad de determinados candidatos.
También lo pudimos observar en la temática de derechos humanos como política de estado. Comprobamos la resistencia del estado provincial a constituirse como querellante en la megacausa Carrillo.
Sentimos la sordera oficial al pedido de HIJOS y organismos de DD HH de bajar el cuadro del genocida Colombo de la galería de gobernadores. No vimos hacer absolutamente nada por constituir espacios para la memoria establecidos por ley del Congreso de la Nación. Hasta comprobamos que se rechazó la propuesta de la comunidad educativa de la EPES Nº 91, lindante al emblemático centro clandestino de detención de La Colonia conocido como “La Escuelita”, de llamarse Memoria, Verdad y Justicia. Ni qué hablar del mantenimiento de legislaciones represivas como el código de faltas, el estatuto del empleado público, la orden de quemar la documentación oficial con 10 años de antigüedad. Y la poca vergüenza de los agentes del proceso genocida actualmente reciclados en distintos poderes del estado.
Pero la sintonía fina, ajustados los tiempos y los acordes generales, va demandando su implementación. Quizás en este marco se puedan entender los acontecimientos que se precipitan.
Esta semana desembarcan en Formosa cuatro referentes kirchneristas de paladar negro, integrantes del grupo Michelángelo -base bonaerense y capitalina de aquel hasta legendario y fundacional Grupo Calafate, piedra angular de la transformación que protagonizamos.
El “Tojo” Ojea Quintana, viene el miércoles para dar una conferencia en la UNaF, precisamente sobre DDHH como polìtica de estado en Argentina en el contexto internacional.
La exposición se anuncia con un currículum que sintetiza toda la experiencia militante, académica y de gestión internacional en la coordinación general de la chancillería de este cuadro de conducción polìtico ideològica.
El jueves estarán el “Flaco” Kunkel, el “Canca” Gullo y el ex canciller Taiana, para un encuentro con la militancia en uno de los amplios galpones del paseo costanero para centrarse en temas de formación polìtica.
Son invitados especiales de la actual gestión de gobierno. No los ha invitado ninguna agrupación, ni ellos se han propuesto venir por intenciones distintas a las que puedan tener los anfitriones. Tampoco vienen de a uno, sino en grupo. Su presencia no es casual, sino más bien de profundo significado político, tanto para los anfitriones como para los visitantes.
Se han dado determinadas condiciones para su invitación y la aceptación de la misma. Su visita no es formal, pero tampoco informal. No es sectorial pero tampoco institucional. Así como está organizada no parece haber intenciones que pase desapercibida, sino todo lo contrario. Está diagramada para el impacto, fundamentalmente en la militancia. Y en la militancia joven, generacionalmente transgresora y genuinamente creativa.
Esta visita viene acompañada de acontecimientos novedosos. Por un lado el encuentro, tenso pero fructìfero, en la Casa de Gobierno, de autoridades provinciales con el líder qom Fèlix Diaz y los referentes de organismos de derechos humanos. Las declaraciones, al tèrmino de la reunión contrastan con las metrallas verbales precedentes, insinuando la posibilidad del comienzo de una nueva etapa basada en el diálogo.
El tratamiento reciente del Código de Faltas, en base a una propuesta de antigua data que dormía encajonada, hoy sale a luz para sintonizar con los nuevos lineamientos legislativos en temas como uniones matrimoniales del mismo sexo, e identidad de género, superando la visión discriminatoria y represiva del último régimen militar genocida.
Son indicios. Son intentos. Altamente positivos si se tiene en cuenta que contrastan, y mucho, con la inercia histórica provincial de las actuales autoridades.También pueden ser fuegos de artificio; de distracción. El tiempo dirá.
Porque aún falta mucho para llegar a recuperar la iniciativa política del justicialismo en cuestiones de los pueblos originarios, como lo fue cuando se propició la ley integral del aborigen.
También falta mucho para derogar y proponer alternativas integrales al código de faltas represivo y al estatuto del empleado público heredados de la dictadura. Todavía falta para que la provincia asuma la iniciativa política en la resolución de la mega causa Carrillo. Todavía falta mucho para la democratización de todos los organismos colegiados; la anulación del otorgamiento de facultades extraordinarias al ejecutivo, la democratización interna de los partidos y la transparencia en la gestión… Pero que falte mucho tampoco significa que no pueda existir voluntad de desandar caminos, para sintonizar con las nuevas categorías que propicia la conducción nacional y aportar creativamente a la construcción colectiva de este nuevo paradigma.
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