Habiéndose acogido a la jubilación ordinaria, la Legislatura Provincial le aceptó la renuncia en la sesión ordinaria del jueves 2 de setiembre y el STJ, con la comunicación legislativa y tal el procedimiento de rutina, tuvo por aceptada la renuncia y dio de baja al magistrado, no sin antes expresar su agradecimiento por los valiosos servicios prestados al Poder Judicial, a lo largo de su extensa y valiosa trayectoria, tal como se consigna en el acuerdo 2639 del 8 del corriente mes.
Porteño de nacimiento y formoseño por adopción, el doctor Pignocchi se desempeño muchos años como juez de Primera Instancia en lo Civil y Comercial y desde Diciembre del año 2000, lo venìa haciendo en la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial, siendo el primer magistrado que accedió al cargo por concurso, luego de implementarse en la Provincia el régimen que puso en vigencia al Consejo de la Magistratura.
De su actividad jurisdiccional, siempre activa y abierta a la compulsa de sus conciudadanos, se recuerdan muchos pronunciamientos, pero sin duda que aquella decisión que impidió el corte a los usuarios del servicio de agua potable, por falta de pago, será una de las mas recordadas, no solo por la incidencia social que tuvo, en lo que fue un avance en el reconocimiento de los derechos de los usuarios, sino porque sirvió de sustento a muchos otros pronunciamientos en el resto del pais, que se apoyaron en la decisión del juez Pignochi.
Claro que el magistrado no agotaba su capacidad de trabajo en la judicatura.
Apasionado de la antropología, son conocidos sus trabajos y sus actividades de investigación sobre el lenguaje de los formoseños, sobre la música regional y sus instrumentos, sobre artesanías y los orígenes de los habitantes de esta región, a la cual recorrrió y conoció como pocos.
Integró también y llegó a presidir el Colegio de Magistrados y Funcionarios de la Provincia, librando en los últimos meses y, casi en soledad, una batalla por la ética judicial, ante el polémico aporte del Ejecutivo Provincial a esta asociación de jueces para levantar sus instalaciones.
Sin dudas, el Poder Judicial pierde a uno de sus mejores jueces. Ahora, con mas tiempo, podrá dedicarse seguramente a las investigaciones antropológicas que tanto lo apasionan (o al periodismo…).