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Primero, el radical indicó que tanto la Nación como la Provincia deben hacer “esfuerzos” para sostener un valor racional de los servicios públicos.
“Los vecinos van a tener que elegir entre comer o pagar la luz, en tanto que el agua potable configura un combo que desploma la posibilidad de pago de ambos servicios”, consideró preocupado.
Seguidamente, explicó que uno de los sectores más castigados con estos incrementos siderales es el comercio que debe trasladar a los costos de sus productos, lo que muchas veces genera que la gente no pueda adquirirlos por lo tanto las ventas empiezan a desplomarse.
En este sentido, y a modo de ejemplo, Zárate citó a Griselda, una comerciante gastronómica quien ratificó que en el sector hay incrementos de hasta 300%, facturas que antes eran de 200 mil pesos ahora son de 600 mil y algunas llegaban al millón de pesos. “Esto es trágico para nuestra actividad, una locura”, enfatizó.
“Hay que trabajar en sostener una tarifa razonable y pagable, de lo contrario mucha gente no va a poder cancelar las deudas y muchos comerciantes corren el riesgo de cerrar sus persianas”, concluyó.