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Lo venían haciendo en la vieja playa de estacionamiento del antiguo edificio de España 1, pero como ahora comenzaron a trabajar en ese lugar para construir una nueva sede judicial, los ingenieros encargados de la obra tuvieron que clausurar todo el perímetro, “como manda la ley y el sentido común”.
Esto parecer ser que enojó y mucho a juezas y jueces de la zona, que al quedar sin lugar donde estacionar sus autos, ahora se resisten a dejarlos en la calle porque no quieren pagar el canon de estacionamiento medido.
Seguramente ahora tendrán que levantarse más temprano para encontrar un lugar donde estacionar y también deberán abonar el SEM, así como lo hacen el resto de la comunidad judicial y la gente común y corriente. Los privilegios y las exclusividades pertenecen a otros tiempos, y esto parece que no han entendido algunos magistrados y magistradas.
Si el edificio de Tribunales no tiene un sector destinado al estacionamiento de los vehículos particulares de juezas y juezas, pues entonces deberán arreglárselas como lo hace cualquier hijo de vecino.
No son seres espaciales, no son dioses ni próceres, son servidores públicos que se deben a la comunidad y, por tanto, deben vivir y actuar en consecuencia.