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Diego fue a comer a un emblemático lugar de nuestra ciudad, “por un descuido” se olvidó un bolso con ahorros en pesos y dólares, dándose cuenta recién cuando se propuso cargar combustible al auto a 150 kilómetros. Al percatarse como él describe «sin sangre, ante la angustia de no saber saber si podría recuperar los ahorros de su vida” regresó.
Al llegar al lugar, el dueño le devolvió el dinero intacto. Diego cuenta emocionado, que no les tocó ni un peso.
Dice: “me encuentro más que agradecido con el propietario y con la solidaridad y calidez de los formoseños”. (Fuente: Agencia de Noticias Formosa y Canal 23 Formosa)