El insólito procedimiento policial tuvo lugar en el paraje Banco Payaguá, donde quedó secuestrado un tetra-brick de vino de la marca Talacasto, tinto, por una falta contravencional. Los infractores, comprador y vendedor, continuaron en libertad pero supeditados a la causa contravencional que se dio origen por el suceso.
Un hombre mayor salió de su casa en la localidad de Banco Payaguá para dirigirse a la casa de un conocido suyo, quien suele comprar para sí una buena cantidad de vino para consumo personal, sin embargo, si alguien se lo pide, le revende el vino en cuestión dado que habitualmente están cerrados los pocos quioscos de la zona a altas horas de la noche y más aún fin de semana.
Llegó al lugar, golpeó la ventana y se aprestó a pagar con dos billetes de 100 pesos su tetrabrick de litro de vino tinto Talacasto. Alrededor era oscuro, hay poca iluminación en la zona y poco movimiento de personas también, por lo que grande fue su susto cuando vio la silueta de dos policías acercándosele rápidamente. Al parecer, sabían de antemano que se vendía alcohol fuera del horario permitido en el lugar, y estaban agazapados esperando entre malezas y oscuridad, que algún “cliente” se acerque, para observar la compra y determinar la infracción.
Tras el procedimiento policial, no le quedó claro al comprador si él había quedado como infractor al comprar un vino de madrugada, o el infractor era su amigo que se lo vendió. De todos modos, como el kiosco no tenía habilitación, ni se mencionó si fue clausurado tras el hecho.
Correspondía, que alguna autoridad de bromatología municipal jurisdiccional labre un acta y clausure el lugar, pero eso ya iba a ser quizás mucha complicación para tan avanzada hora de la madrugada.
Finalmente, los policías fueron felicitados por la tarea preventiva concretada y la normalidad retornó a Banco Payaguá luego del episodio. Los policías continuaron sus recorridas a fin de desalentar actitudes reñidas con la ley.