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Le llaman Post COVID, COVID prolongado, o COVID largo, y es el trastorno de larga duración que puede surgir tras desarrollar la infección aguda por el coronavirus. Le afecta a grandes y a niños. “Los niños sí tienen COVID largo, sin duda”, dijo Anthony Fauci, el líder de la respuesta a la pandemia en los Estados Unidos. Hoy se estima que habría hasta 205 síntomas diferentes asociados al Post COVID.
Fatiga, tos seca, dificultad para respirar, dolores de cabeza y musculares están entre los síntomas más comunes del Post COVID. El equipo dirigido por Athena Akrami, neurocientífica del Colegio Universitario de Londres, encontró 205 síntomas en un estudio de más de 3.500 personas. Hacia el sexto mes, los más comunes eran “la fatiga, el malestar postesfuerzo y la disfunción cognitiva”. Esos síntomas fluctúan, y las personas suelen pasar por fases en las que se sienten mejor y días en los que vuelven a recaer.
En enero pasado, pasó a ser reconocido como una preocupación de salud pública. La Organización Mundial de la Salud revisó sus pautas sobre el tratamiento de la COVID-19 e incluyó la recomendación de que todos los pacientes deben tener acceso a la atención de seguimiento en caso del Post COVID.
Los organismos de financiamiento también le están prestando atención. El 23 de febrero, los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos anunciaron que dedicarían 1.150 millones de dólares en cuatro años a la investigación de la COVID larga. En el Reino Unido, el Instituto Nacional de Investigación Sanitaria (NIHR) anunció en febrero que invertiría 25,8 millones de dólares para financiar cuatro estudios sobre la COVID larga, y al mes siguiente lanzó otra ronda de financiación.
En abril pasado, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), por instrucción del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Argentina, lanzó una convocatoria para que se generen redes de investigación de instituciones públicas y privadas para proyectos que estudien el diagnóstico, seguimiento y tratamiento de las secuelas de la enfermedad. Las iniciativas seleccionadas recibirán financiamiento de hasta 10 millones de pesos cada una de un total de 75 millones de pesos.
Aquí van 5 de las preguntas que la ciencia tendrá que responder para atender mejor a millones de pacientes, y con la posibilidad de prevenir el impacto.
1- ¿Cuántas personas padecen el Post COVID?
Cada vez está más clara la prevalencia global del COVID largo, gracias a una serie de estudios, pero no se sabe con certeza quiénes tienen más riesgo y por qué sólo afecta a algunos. Los primeros trabajos se centraban en las personas que habían sido hospitalizadas por COVID-19 aguda. Ani Nalbandian, cardióloga del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, en Nueva York, y sus colegas recopilaron nueve de estos estudios para una revisión publicada el 22 de marzo. Descubrieron que entre el 32,6% y el 87,4% de los pacientes tuvieron al menos un síntoma que persistía después de varios meses.
Sin embargo, la mayoría de las personas con COVID-19 nunca están tan enfermas como para ser hospitalizadas. La mejor manera de evaluar la prevalencia de la COVID de larga duración es hacer un seguimiento de un grupo representativo de personas que hayan dado positivo en los testeos para COVID-19. La Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido (ONS) está siguiendo a más de 20.000 personas que han dado positivo desde abril de 2020. Hasta el momento, reportó que el 13,7% seguía informando de síntomas después de al menos 12 semanas.
De acuerdo al seguimiento en Inglaterra, más de una de cada 10 personas que se infectaron con el coronavirus han pasado a tener Post COVID. Si la prevalencia en el Reino Unido es aplicable a otros lugares, serían más de 16 millones de personas en todo el mundo que sufrirán el síndrome.
2- ¿Hay personas que están en mayor riesgo del Post COVID?
La enfermedad parece ser más frecuente en las mujeres que en los hombres. En el seguimiento que hace en el Reino Unido, el 23% de las mujeres y el 19% de los hombres seguían teniendo síntomas cinco semanas después de la infección. Rachael Evans, científica clínica de la Universidad de Leicester, comentó en la revista Nature: “Si eres hombre y contraes COVID, tienes más probabilidades de ir al hospital y de morir. Sin embargo, si sobrevives, en realidad son las mujeres las que tienen muchas más probabilidades de sufrir los síntomas continuos”.
También existe una distribución por edades. El Post COVID sería más frecuente en personas de mediana edad: la prevalencia era del 25,6% a las 5 semanas para quienes tenían entre 35 y 49 años en el registro del Reino Unido. Es menos común en personas más jóvenes y en personas mayores, aunque Evans afirma que este último hallazgo se debe probablemente a un “sesgo de supervivencia”, ya que muchas personas mayores que han tenido COVID-19 han fallecido.
También afecta a los chicos. En niños de 2 a 11 años, se estima que el 9,8% de los que dan positivo en el hisopado siguen teniendo síntomas después de al menos 5 semanas. Sin embargo, algunos profesionales médicos aún le restan importancia a la posibilidad de que los niños tengan el Post COVID.
3- ¿Qué pasa en el cuerpo humano para que el Post COVID se desarrolle?
Si alrededor del 10% de las personas infectadas por el coronavirus contraen el Post COVID como sugieren los datos del Reino Unido, aún hay incertidumbre sobre por qué ocurre. Aún no existe una explicación clara. Hasta ahora, se sabe que la etapa aguda termina cuando el paciente se recupera, pero hay evidencias de que fragmentos del virus, como las moléculas de proteínas, pueden persistir durante meses, en cuyo caso podrían alterar el organismo de alguna manera aunque no puedan infectar las células.
Otra posibilidad es que el Post COVID se deba a que el sistema inmune reacciona para controlar la infección por el coronavirus con una respuesta desmedida que termina dañando al mismo organismo. Es decir, podría ser una enfermedad autoinmune. Existen antecedentes de otras infecciones virales con secuelas, y la investigación científica tendría que demostrar esa hipótesis. También los datos preliminares sugieren que el Post COVID podría ser varios trastornos agrupados en uno solo.
El estudio PHOSP-COVID ya reclutó a más de 1.000 pacientes del Reino Unido y ha tomado muestras de sangre para buscar indicios de inflamación, problemas cardiovasculares y otros cambios. En Estados Unidos, Steven Deeks, investigador en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco, reclutó 300 pacientes de COVID-19, a los que se ha hecho un seguimiento cada cuatro meses y han dado muestras de sangre y saliva. El equipo ha encontrado niveles alterados de citoquinas -moléculas que ayudan a regular las respuestas inmune- en la sangre de las personas que han padecido COVID-19. Una señal de que el sistema inmune podría estar desequilibrado.
Consultado por Infobae, Andrés Espejo, profesional del Servicio de Clínica Médica del Hospital Universitario Austral, señaló: “El Post COVID recién se está empezando a conocer. Aún no es clara la fisiopatología. Por ahora, es el conjunto de síntomas y signos que se desarrollan después de la infección aguda por el coronavirus. Seguramente el sistema inmune está involucrado en el mecanismo por el cual aparece el Post COVID, pero rotularla como enfermedad autoinmune no es posible hoy porque falta más investigación”.
4- ¿Hay alguna relación entre el Post COVID y otros síndromes post-infección?
Las enfermedades que persisten después de una infección están recopiladas en la literatura científica desde hace 100 años. Anthony Komaroff, médico de medicina interna de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston, EE.UU., señaló durante un seminario web organizado por MEAction, una organización con sede en Santa Mónica (California) que trabaja para concienciar sobre la encefalitis miálgica, también conocida como síndrome de fatiga crónica. Las personas que padecen esta enfermedad debilitante se agotan incluso después de una actividad leve, además de experimentar otros síntomas como dolores de cabeza.
No es raro que una infección desencadene síntomas duraderos. Un estudio de 253 personas a las que se les diagnosticó ciertas infecciones víricas o bacterianas descubrió que, después de 6 meses, el 12% declaraba tener síntomas persistentes que incluían “fatiga incapacitante, dolor musculoesquelético, dificultades neurocognitivas y alteraciones del estado de ánimo “. Este porcentaje es similar a la prevalencia de Post COVID observada en el Reino Unido.
Para tener más comprensión del problema, se largó el estudio llamado DecodeME que pretende reclutar a 20.000 personas para encontrar los factores genéticos que contribuyen al síndrome de fatiga crónica. Con este trabajo, se espera aportar respuestas a personas que han tenido secuelas de diferentes infecciones.
5- ¿Cómo se puede ayudar a las personas con Post COVID?
En este momento, las opciones son bastante limitadas, porque el trastorno se conoce muy poco. Pero ya hay hospitales públicos y privados que han creado laboratorios o centros de seguimientos para las personas con Post COVID. En Alemania, una empresa llamada MEDIAN ha empezado a aceptar a personas con COVID larga en algunas de sus clínicas de rehabilitación privadas. En Inglaterra, el Servicio Nacional de Salud ha destinado 10 millones de libras esterlinas a una red de 69 clínicas que han empezado a evaluar y ayudar a las personas con esta enfermedad.
“Escuchamos al paciente y le preguntamos si tienen problemas de sueño. Porque puede ser el motivo del cansancio. A veces al ir a la consulta, el paciente puede entender que la tos puede durar un tiempo y encuentra contención y no tiene que volver a consultar”, dijo a Infobae días atrás la médica Elena Obieta, jefa del servicio de enfermedades transmisibles y emergentes de la Municipalidad de San Isidro y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología.
Ante cualquier síntoma después de pasar por la infección aguda del COVID-19, hoy se sugiere consultar al médico. El profesional de la salud preguntará sobre los síntomas y el impacto que tienen en la vida de la persona. Es posible que sugiera algunos estudios para conocer mejor los síntomas y descartar otras causas. Entre esos estudios, se puede incluir un análisis de sangre, comprobar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, y una radiografía de tórax, según la situación de cada paciente. (Fuente Infobae)