Pesar por la la muerte del empresario Enrique Rovira. El ingeniero, que festejó su cumpleaños número 71 el viernes acompañado de familiares, estaba al frente de la empresa “normalmente, aunque con los problemas que tenemos todos”.
Minutos después de las 13 horas, su cuerpo fue hallado por la Policía cerca de la Isla 9 de Julio a pocos metros de la calle Entre Ríos. Junto a él, encontraron una pistola Pietro Beretta 9 mm.
Su tradicional empresa (Rovira – Zuchett) tiene oficinas por calle Fotheringham al 100. El sábado «a la tarde, compartió una tarde charlas en Café Martínez» (ver foto).
«MOTOQUERO»
Últimamente había encontrado la pasión por las motos.
Antes de ponerle fin a su vida, envió un mensaje a su esposa pidiendo “perdón” por la determinación que tomó minutos después, y dejó un mensaje al juez «en un papel que estaba en la billetera: «NO SE CULPE A NADIE POR MI MUERTE, ES DECISIÓN TOMAR ESTA DETERMINACIÓN, ME CANSÉ DE VIVIR”.
Su hijo médico, trabaja en el Hospital de Alta Complejidad, «llegó al lugar minutos antes que la Policía». Encontró a su padre sin vida, fuera de la camioneta Ford Ranger que habitualmente utilizaba el empresario.
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