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Luego de haber resuelto favorablemente a los varados, los recursos de hábeas corpus presentados en la Justicia Federal, habilitando así el ingreso de cientos y cientos de personas que tras esperar meses una respuesta del Gobierno, decidieron recurrir a la vía judicial, el juez federal Fernando Carbajal fue el centro de una fuerte operación política que lo puso como responsable de “querer romper el estatus sanitario de Formosa”, al introducir personas que podrían tener coronavirus al territorio.
Incluso se hicieron famosos y todavía hay algunos carteles colocados en la ciudad, que lo acusaban de ser un “juez de Cambiemos” que “caprichosamente” ordenaba a la provincia que habilite en un tiempo determinado el ingreso de formoseños varados.
El discurso oficial era por esos días que la “irresponsable” actitud y decisión del juez Carbajal estaba por hacer “saltar” los números de detección de casos de coronavirus, cosa que finalmente no ocurrió.
Apenas cuatro casos positivos de coronavirus fueron de ingresos judiciales ordenados por el juez Fernando Carbajal. Lejos de la enorme cantidad de casos positivos que esperaba la provincia que esta medida judicial iba a provocar, fue el propio Consejo de Atención Integral a la Emergencia covid-19 que reveló el 5 de noviembre el ingreso de tres personas con covid-19 y una más al día siguiente, del listado ordenado por el juez Carbajal.
De hecho, hubo más casos positivos detectados en el marco del programa de ingreso ordenado del Gobierno, que de los ingresos judiciales dispuestos por Carbajal.
El programa oficial, en lo que va de noviembre, hizo entrar a la provincia cinco casos de coronavirus positivo, que se anunciaron oficialmente los días 5, 15, 19 y 22 de este mes.
Cuando la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia falló en igual sentido que Carbajal, iba perdiendo sentido el ataque político del Gobierno provincial al juez Carbajal, ya que un tribunal colegiado era el que opinaba que los tiempos de espera del programa de ingreso ordenado, vulneraban derechos de los solicitantes.
Y cuando llegó el fallo de la Corte, el 19 de noviembre, contrario a los postulados que sostenía Formosa, quedó totalmente disfuncional y sin asidero el reclamo del Gobierno de Formosa hacia Carbajal, de hecho, no se lo volvió a nombrar más.
También en este mes, hubo dos tormentas fuertes con ráfagas de viento muy intensas que causaron voladura de techos en algunos barrios periféricos de capital e interior. Esas mismas tormentas se encargaron de llevarse los últimos carteles del PJ de Formosa contra el juez Fernando Carbajal.
Noviembre fue un mes negro para la forma de concebir la política sanitaria del Gobierno de Gildo Insfrán, porque pasó más en este mes que en largos tramos de toda la pandemia desde marzo. Este mes, que encima todavía no termina, tuvo varios hábeas corpus con sentencia favorable a varados, luego lo expuesto por la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia y como frutilla del postre, el contundente fallo de la Corte Suprema de Justicia.
Y no es todo lo que soportó el Gobierno de Formosa en noviembre. También en noviembre la provincia registró su primer muerto por coronavirus, anunciado el 3 de este mes. Mucho antes, el 2 de agosto, murió en Formosa una mujer que tenía coronavirus. Pero en esa oportunidad el Gobierno afirmó que la muerte se debió por una hemorragia digestiva, no a causa del covid-19, y por esa razón no computaron ese deceso como muerte por covid.
Carbajal deja la magistratura este próximo viernes 4 de diciembre, y el escaso tiempo que pasó, le dio la razón en las decisiones que tomó. No hubo intencionalidad política como trasfondo de sus fallos, hubo aplicación de la ley, tal como lo hicieron en el mismo sentido las instancias superiores.
La provincia sigue sosteniendo que su objetivo es cuidar la vida de los formoseños. En este punto, la Corte Suprema no cuestionó esa meta, sino que le dijo al Gobierno formoseño que está bien que cuide la vida de sus habitantes, pero deberá hacerlo sin vulnerar los derechos constitucionales de nadie.
Para la Corte, un derecho no es más importante que otro y viceversa, o sea, la defensa de un derecho no puede ser ejercida coartando al mismo tiempo otro derecho esencial. Los derechos se complementan, no se anulan entre sí.
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