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Marcelina tiene 83 años, vive en Mansilla (Formosa). Su hijo, Carlos, vive en Puerto Eva Perón (Chaco) y un nieto «organizó una movida» para verse Bermejo mediante. la llevaron hasta la ribera del limítrofe río.
Se vieron en la distancia, mientras hablaban por celular. «Nos divide un puente, estamos a pocos metros pero no podemos encontrarnos, nos nos permiten cruzar un puente. Fue un mar de lágrimas y mucha tristeza» contaron a NF.
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En enero doña Marcelina había viajado a Puerto Eva Perón para visitar a su hijo que estaba enfermo. Pero eran otros tiempos, luego vino la pandemia y unos cuantos metros se volvieron una distancia imposible.

Un ejemplo más de tantas historias que ha generado esta pandemia de covid-19, que en el día de la madre, una fecha tan cara al sentimiento de mucha gente, el amor entre Marcelina y su hijo Carlos trascendió la distancia, los bloqueos y al menos una «movida» muy sentida para una mamá y un hijo que pese a todo, buscaron la manera de mostrarse mutuamente su cariño eterno.
VARADO Y SEPARADO POR EL RÍO PARAGUAY
Martín Dávalos saludando a su madre desde Alberdi. Vino desde Asunción, donde quedó varado y saludó a través de videollamada.
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