Vivía indocumentado en Formosa, se fue a Buenos Aires, volvía en bicicleta y ahora llegó a su país

Tras meses durmiendo en el monte, en casas prestadas, cobijado por personas solidarias que lo encontraron por el camino, Mario Sánchez finalmente está a pocos metros de su terruño natal, el Paraguay. Se trata de un hombre que quedó varado en Buenos Aires por la cuarentena y con mucho sufrimiento y algo de ayuda en el medio, alcanzó la frontera internacional para volver a su hogar.

Mario llegó a la Argentina hace 25 años y se afincó en la localidad de Palo Santo. Nació en Paraguay y en la Argentina nunca tuvo DNI argentino. Solo tiene un viejo y arrugado papel que es una copia de una partida de nacimiento que lleva a todos lados con él.

A principios de año, una persona de Buenos Aires lo llevó a trabajar y cuando se desató la pandemia lo dejó abandonado. Sin documentos, no figuró en ningún listado de las ayudas sociales ni aquellos famosos viajes de repatriados que organizaron uno y otro país.

En un momento, hasta se animó a volver rumbo a Formosa caminando, pero las restricciones de circulación, la edad y la distancia le jugaron en contra.

La historia de Mario está signada por el sufrimiento. Afirma que mientras estuvo en Buenos Aires, le pagaban muy poco y lo explotaban laboralmente. Y tras eso, quedó en el limbo de la ignominia por no poder formar parte de ningún contingente de repatriados ni grupos de personas que se juntaron para volver a sus lugares de origen. El único impedimento, no tener DNI.

Mientras las puertas se le cerraban a Mario, una familia lo albergó durante dos meses. En ese tiempo, incluso se las ingenió para armar un video que fue subido a las redes sociales pidiendo ayuda al Presidente de la Nación, Alberto Fernández.

A partir de la ayuda de esa familia, todo fue un poco mejor, y logró contactarse con más personas solidarias que le dieron una mano para que pueda ser asistido por consulados del Paraguay, en el camino hacia la frontera.

Mario feliz a pocos kilómetros de su tierra natal.

“Es una historia muy triste. Dormía en el piso, tirado en el campo” comentó uno de los que lo ayudó a hacer más llevadero el viaje.

Este lunes 15 logró contactarse con el consulado, alcanzó Mansilla e incluso logró ser visitado en ese lugar por funcionarios del consulado paraguayo, que le facilitaron los papeleos para acercarse a su país.

Esta noche llegó a la Aduana y se espera que mañana martes 16 de junio ya pueda pisar suelo guaraní. La suma de solidaridad que encontró en el camino permitió este final feliz que costó alcanzar.

 

 

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