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Formosa es la segunda provincia que recibe más fondos nacionales en concepto de Asistencia por Emergencia Sanitaria, en los rubros ATP (Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción) e IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), con 4.492 pesos per cápita, uno de los más altos del país. Encabeza la lista Chaco, con 4.533 pesos per cápita. Por ambos conceptos, la provincia recibe un estimado de 2.381 millones de pesos, según un informe privado.
En el marco de la emergencia sanitaria, el Gobierno Nacional impulsó el programa de Asistencia por la Emergencia Sanitaria (AES) bajo la órbita de la ANSES, que financia el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), con el objeto de mitigar las consecuencias sociales y productivas generados por Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) que ya lleva más de 60 días.
El IFE asigna $10.000, a los desocupados, trabajadores informales, de casas particulares, monotributistas sociales y categorías más bajas, en el cual se inscribieron alrededor de 12 millones de personas y la cantidad de beneficiarios aprobados de 8 millones superó ampliamente lo estimado inicialmente por la ANSES, que era de alrededor de 3,6 millones.
En términos per cápita las provincias más favorecidas son Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Misiones
La ANSES paga por ATP una asignación compensatoria salarial del 50% de la remuneración neta del trabajador del mes de febrero, teniendo esta ayuda un piso de un salario mínimo vital y móvil ($16.875) y un techo de dos SMVyM ($33.750).
Al 22 de mayo observamos que estos programas de asistencia centrales en la contención de la crisis socioeconómica, cuentan con un presupuesto de $174.630 millones, pero solo ejecutaron el 67% del mismo. Los ATP tienen un nivel de ejecución que no llega al 50%, en un escenario de destrucción del empleo y tejido productivo generados por el ASPO, según datos de la Consultora AERARIUM, en base a datos de ANSES.
En términos de cantidad de beneficiarios podemos advertir que se pagaron por los ATP el equivalente 2.411.303 de SMVyMs y 7.549.390 de IFEs.
En lo que va de la “sesentena” (del 20 de marzo al 22 de mayo) la ANSES destinó $116.185 millones entre ATP ($40.961 millones) e IFE ($75.494). En términos per cápita las provincias más favorecidas son Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Misiones, entre otras, siendo solo la provincia del Chaco la única que se encuentra en una situación epidemiológica que justifica mantener el ASPO.
En el polo opuesto se encuentran las jurisdicciones más afectadas por el COVID-19 (excepto Chubut), como ser CABA, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Es evidente que existe un problema en la implementación de estas medidas dado que no llega a donde tiene que llegar ni se ejecuta como se debería ejecutar:
- En el caso del IFE que se concibió con el objeto de evitar que la pobreza y la indigencia se disparen como efecto del cese de actividades de millones de trabajadores informales, es evidente que los resultados no son los buscados, dado que en las regiones más afectadas por el ASPO es adonde menos recursos en términos relativos están llegando y con más de 60 días de cierre de actividades el programa en su conjunto ni siquiera llegó a pagar la primera cuota a los 8.000.000 de beneficiarios aprobados.
- Por el lado de la ATP, cuyo objetivo es minimizar los cierres de empresas y destrucción del empleo y que los trabajadores independientes afectados tengan garantizado parte del salario, sucede algo similar al IFE con el agravante que el nivel de ejecución del programa llega a solo al 47% después de 2 meses de confinamiento y con los primeros indicadores de actividad económica y productiva que muestran caídas sin precedentes desde que se tenga registro.
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