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La maniobra de reanimación cardiopulmonar salva vidas. Cuanto antes se haga, más posibilidades hay de que los riesgos se reduzcan al mínimo. Cada día, decenas de personas, de todas las edades, se capacitan para aprenderla. En el trabajo, colegios, clubes, entre otros, se imparten cursos para enseñar la importancia que tiene: salvar una vida. Sin embargo, pese a saber aplicarla, muchos dudan en utilizarla en una emergencia por temor a hacerle daño a la víctima.
Para ello existe la ley 27.159, la cual ampara a todo aquel que practique RCP para ayudar a otra persona. Recordemos que siempre ayuda más intervenir. Nunca olvides que saber practicar RCP es vivir con la tranquilidad de que, ante un imprevisto, podés salvar una vida.
Su función
La reanimación cardiopulmonar (RCP) es la técnica que se utiliza para asistir a una persona que sufre un paro cardiorrespiratorio repentino. Su función es restablecer la circulación sanguínea para oxigenar de manera inmediata los órganos vitales mientras se aguarda la llegada de la ayuda profesional. Actuar lo antes posible es clave: cuanto más rápido se comience con la RCP, es mucho más factible evitar daños irreversibles y que los riesgos se reduzcan al mínimo.
RCP en dos pasos usando solo las manos
Para lactantes y niños
- Lactantes hasta 12 meses: presioná el centro del tórax con los dedos mayor y anular (se realizan 30 compresiones y 2 ventilaciones).
- Niños de 1 a 8 años: presioná el centro del tórax con una sola mano (se realizan 30 compresiones y 2 ventilaciones.
Para adolescentes y adultos
Si un adolescente o adulto no responde a estímulos y la respiración es anormal o nula, empezá cuanto antes a realizar las compresiones.
- Llamá a emergencias (en nuestro caso 911) y pedí en el lugar un DEA (desfibrilador externo automático).
- Comenzá con la RCP. Entrelazá tus manos y comprimí fuerte y rápido el centro del pecho hasta la llegada del personal entrenado.