LECTURAS RELACIONADAS
Según los especialistas, será la principal causa de mortalidad por enfermedad hepática en los próximos años. La mala alimentación es la principal responsable.
El hígado graso o enfermedad hepática grasa de etiología no alcohólica, es la acumulación de tejido graso en forma desproporcionada en el hígado. Éste órgano se va enfermando hasta que, en un momento, es insuficiente, no cumple sus funciones producto de este aumento de la grasa acumulada en él. Es normal que el hígado pueda contener un poco de grasa, sin embargo, si el 5 o 10 % del peso del hígado es de contenido graso, supera los valores normales aceptables, por lo que se diagnóstica como hígado graso.
Un reciente informe de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AAEEH) reveló que dos de cada cinco argentinos tiene hígado enfermo y no lo sabe. Las causas más frecuentes de este fenómeno están relacionadas al alcoholismo, el hígado graso y las hepatitis virales.
La pandemia del hígado graso causada por sedentarismo, diabetes, colesterol elevado y sobrepeso será la principal causa de mortalidad por enfermedad hepática y de trasplante de hígado en los próximos años. La enfermedad es asintomática y su evolución es silenciosa, pero cuando los síntomas se presentan puede manifestarse como fatiga, debilidad, pérdida de peso, pérdida de apetito, pequeñas manchas rojas en la piel en forma de araña, color amarillento en la piel y ojos, picazón, hinchazón en las piernas, en el abdomen, entre otros.
El diagnóstico se realiza a través de pruebas de sangre, en las que se detectan la presencia de enzimas hepáticas, con ecografías y otros estudios, detallan.
Pese a que el hígado graso puede pensarse íntimamente relacionado al consumo de productos grasos, también se vincula a la ingesta de azúcares, que al consumir en grandes cantidades esta se transforma en grasa, y alimentos ultraprocesados, por lo que se debe tener cuidado en los niños que consumen estos tipos de alimentos regularmente.
Para prevenir la aparición de la enfermedad de hígado graso recomiendan llevar una alimentación saludable y hacer ejercicio en forma regular. También, estos hábitos de vida saludable ayudan a prevenir el daño hepático en marcha o revertirlo en las primeras etapas.
Por lo que aconsejan, bajar de peso si la persona tiene sobrepeso u obesidad, normalizar los valores de colesterol y los triglicéridos, mantener la diabetes controlada y evitar el exceso en el consumo de alcohol.