«Posiblemente estaban empedos, al menos uno de ellos» contó a NoticiasFormosa uno de los testigos del hecho que sacudió a la sociedad formoseña. El sábado a la noche, los tíos encontramos a Luciana P. llorando» (en la calle Nicolás Avellaneda y Scozzina) por lo que le había sucedido. «Nos contó que dos policías la habían violado, y no quería hacer la denuncia, justamente, porque eran de la fuerza policial» agregaron las fuentes.
En una pensión del barrio Divino Niño (ex La Colonia. Por la calle Coronel Bogado, cerca de los tinglados), uno de los jóvenes agentes «fue con su pareja y una amiga al alquiler de un camarada. Allí estuvieron charlando un rato largo hasta que uno de ellos se fue con su supuesta novia. Quedaron dos policías (estaban de franco) y quién después fue víctima de abuso» contaron.
La adolescente relató que había ido a una pensión junto a Héctor M. (23), oriundo de Clorinda, quien cumpliría funciones en el Destacamento Desplazamiento Rápido (D.D.R.) de la Policía de Formosa. Cenaron y tomaron algo en la casa, donde también estaban sus compañeros Gabriel C. (20), de Misión Laishí, y Yonathan S. (21), de El Espinillo.
Según indicaron fuentes policiales al sitio Noticias de Formosa, en algún momento Héctor se retiró del domicilio con otra chica y la víctima quedó sola con Gabriel y Yonathan. Fue ahí que se habría producido el abuso.
«Le habían sacado el celular y cerraron con llave», denunció la joven. Luego logró escapar y pidió ayuda.
PEDÍAN PERDÓN
«El que ella conocía y la había llevado hasta ese lugar la llamaba por teléfono mientras estábamos todos ahí, le mandaba audios. Incluso cuando ya estaba el patrullero le decía que no contara nada, le pedía perdón porque las cosas ‘se habían ido de las manos’, le pedía que ‘no haga quilombo’. Se mandó al frente solo».
Lo cierto es que fuentes policiales confirmaron a Clarín que Gabriel y Yonathan quedaron detenidos a disposición del juez de Feria Guillermo Caballero. Y que Héctor M. habría sido demorado, pero dejado en libertad, porque «no se encontraba en el lugar» al momento del hecho. De todos modos, investigan si actuó como entregador.
LAS DUDAS
Los vecinos, consternados, dudaron en avisar al 911 «porque también son policías» pero no les quedada otra opción. Pero «lamentablemente» cuando llegaron los uniformados «eran tres varones». Otro motivo de «intimidación y miedo» para la joven de Palo Santo que había llegado a la capital en la tarde del sábado.
En el mediodía del domingo arribaron a la ciudad de Formosa, los padres y el hermano para interiorizarse de los hechos y buscar abogado.
Cuando la llevaron «para que la vea el forense, primero al Hospital Central y después a la Madre y el Niño porque no había médico especialista allí, otra vez la custodia era de la Policía. Por eso pedimos que nos otorguen el alta y nos permitan ir a la casa de un familiar (el tío) para estar mas tranquilos» señalaron los familiares.
ERAN AMIGOS
Los agentes «llegaron a la pensión en dos motos; una 110 cc y otra 150 cc. Todos en el grupo se conocían, habían ido a tomar mate a la Costanera pero no existía relación de pareja».
El caso trascendió en medios nacionales. El diario Clarín fue el primero en publicarlo.
Cuando, los ahora dos detenidos quedaron solos con la chica de 18 años, «la metieron adentro de una habitación y le quitaron el celular. Ella tenía miedo que la maten». En la denuncia se explica que fue violada «con acceso carnal» por los dos muchachos.
LOS VECINOS
Ante la situación de desesperación de los vecinos y el llanto de la joven, un vecino siguió en moto «al policía que se fue del lugar» y lo alcanzó. Cuando fue abordado y sin dudar dijo: «“yo no tengo nada que ver, eran Mareco y Salinas”. Se refería a sus compañeros. Sabía lo que había ocurrido en la pensión de la calle Coronel Bogado.
DETENIDOS Y SEPARADOS DEL CARGO
Fuentes de la Policía Provincial de Formosa informaron que a los acusados se los pasó a situación pasiva (dejan de percibir el sueldo) y fueron separados del cargo.
Asimismo, familiares de la víctima manifestaron su preocupación porque la joven permanecía internada recuperándose de las lesiones pero asustada: tiene custodia de la Policía provincial. Piden que la investigación no esté en manos de la fuerza local.
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