El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, cumplió hoy 19 de enero de 2019 sus 68 años de edad y como era de esperar, fue la ocasión en la que en un año electoral, los justicialistas formoseños debieron alinearse al titular el Ejecutivo para demostrar lealtad y -de paso- continuar recibiendo los beneficios –políticos– de estar del lado del lagunense.
Este cumpleaños no es como otros, si bien los datos históricos de sufragios que capitalizó en cada elección le dan tranquilidad, y encima el malestar general de la gente hacia las políticas económicas nacionales muy posiblemente lo beneficien en las urnas este año, hay algo distinto que marca una diferencia abismal con otras elecciones en la que Insfrán compitió por una nueva reelección: esta vez la tradicional boleta azul oscuro no tendrá el apellido Bogado en ninguna parte.
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Muchos fuertes personajes del peronismo formoseño alguna vez fueron simples seguidores, luego dirigentes, y con los años algunos también llegaron a ser funcionarios y unos pocos más ministros, diputados y funcionarios de alta performance logrando hacer carrera política, pero todos ellos, hasta el último, todos tienen el mismo techo, el gobernador Insfrán.
Con el correr de los años, y las décadas, los más poderosos bajo el paraguas protector del gobernador, incluso formaron su propia corriente política, generando entre ellos fuertes tironeos internos que muchas veces no llegaron a oídos de la sociedad formoseña.
Los capos del PJ formoseño tienen la misma meta en mente: ser el compañero de fórmula del número uno. No es sólo un cargo de vicegobernador. Insfrán viaja mucho, y su eventual compañero de fórmula será gobernador interino de Formosa mientras éste esté viajando. ¿Son lo suficientemente confiables para entregarles el poder político de Formosa por unos cuantos días?
Es que ser vicegobernador de Insfrán para las elecciones de este año, quizás sea la puerta para -eventualmente- ser los sucesores del lagunense en el Poder Ejecutivo en el corto plazo. No es que Insfrán vaya a dejar el poder político pronto, es que la propia edad del gobernador -68 años- le está poniendo límite. ¿Será gobernador un período más? ¿dos tal vez? ¿tres?
Del otro lado de la vereda no se ven candidatos fuertes como para pelearle la gobernación a Insfrán en este 2019. A lo sumo podrán pelearle algunas bancas de legisladores, se puede pronosticar de acuerdo a los ánimos mismos de la gente. En una provincia con ingresos relativamente bajos, la inflación, el FMI y el dólar hacen estragos en el poder adquisitivo de la gente. Y esa bronca está direccionada hacia el presidente Mauricio Macri.
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Gildo no ha demostrado nunca ser ingenuo o pasivo. Y sabe de los anhelos de los personajes más fuertes del peronismo en la provincia. Sólo el gobernador sabe para sí mismo qué valor tienen cada una de las lealtades que hoy se acercaron a saludarlo por su cumpleaños. Cuando Formosa conozca quién será el compañero de fórmula de Gildo Insfrán para las elecciones de este año, se sabrá si alguno de ellos es merecedor de la predilección del gobernador. Y si es merecedor de confianza.
Es fuerte el rumor también de que Insfrán dejará tan importante cargo en manos de un familiar directo. Algo que no sería descabellado pensar ya que es un comportamiento habitual en altos jerarcas del peronismo a nivel nacional. El ex presidente ya fallecido Néstor Kirchner, por ejemplo, le dejó el mando político a su esposa -Cristina- y así pasó también en muchas provincias en las que dominó el PJ.
