LECTURAS RELACIONADAS
Opina: Enzo Casadei (*)
Semanas atrás debatíamos con amigos sobre la posible conformación del “espíritu provincial” de Cambiemos en la provincia. Una suerte de provincialización de lo ocurrido hace dos años a nivel país, pero con condimentos locales que le aportan un significado único y especial.
No hablábamos por supuesto, en términos de alianzas políticas o de “roscas”, charlábamos sobre la autopercepción del electorado. ¿Qué estuvo primero? ¿La oferta política o la necesidad del cambio? Una suerte del ¿el huevo o la gallina?.
Dentro de la intolerancia con la que convivimos, la militancia política del oficialismo relativizó la campaña de Cambiemos Formosa por considerarla banal y vacía. ¿Qué propuesta lee el elector en un globo?
Tras los hechos ocurridos en la Costanera y en Portón Negro, se despertó una conciencia, una actitud colectiva, una necesidad de expresarse y decir basta ante estas actitudes antidemocráticas. Conscientemente o no, cuando la política (en este caso Cambiemos Formosa) y la sociedad se encuentran se genera algo especial, una “onda expansiva” que contagia, desde lo racional pero también desde lo emocional, o quizás una mezcla de ambos.
Esa síntesis, esa comunión tuvo eco en las urnas el pasado 13 de Agosto y dejó como saldo a Gildo Insfrán derrotado en la capital. Tal vez un triunfo para la oposición en términos electorales, que se capitaliza aún más en términos simbólicos.
Me compete interpelarme como joven formoseño, y observar que mis pares (y aún a los más chicos) ven a su manera un modelo agotado. “Esto no va más” me repiten desde la inocencia o la plena conciencia del momento: estamos cambiando.
Esa rebeldía que no se puede manejar en la mesa del padre o la madre gildista, que no se puede controlar y mucho menos absorber laboralmente por un Gobierno provincial cuya planta de empleados públicos ha colapsado.
El globo en la Costanera no fue sólo una anécdota más dentro de las cientas que hay sobre casos de autoritarismo e intolerancia. Se constituyó en el símbolo de esta “actitud” ante la vida, ante lo establecido, ante “lo de siempre”.
El desafío de las actuales y futuras generaciones políticas en Formosa es entonces hacer de esta oportunidad, un futuro inmediato, para traducir la esperanza en verdad, la valentía en un programa, y los sueños de miles de jóvenes en realidad.
(*) Presidente de la Juventud Radical de Formosa