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«En la mañana del domingo 26 de marzo saliendo del salón Infinity (ex Balderrama) con un amigo decidimos llamar a la empresa de remises LIBERTAD, el automóvil Chevrolet Corsa de patente «P… 5…» (que dicho sea de paso no poseía la planilla con los datos correspondientes del chofer, como lo dicta la orden municipal) conducido por una persona masculina de unos 40 años que se identificaba como «A…o» nos llevó hasta el barrio Incone donde mi amigo que me acompaño hasta ese entonces se bajo.
Yo seguí hasta mi casa en el remis al barrio San Martín, en el transcurso del viaje este hombre me empezó a preguntar si yo estaba soltera y hace cuanto no tenia relaciones sexuales.
Me decía que era una hermosa mujer y que si yo quería el «me podía hacer el favor sin ningún compromiso» a lo cual le respondí con respeto, no gracias.
Este sujeto seguía insistiendo, en que si yo quería «nos podíamos tocar para divertirnos sin ningún compromiso» diciendo que el hace mucho estaba sólo, le volví a contestar que no. Me dijo que pase al asiento delantero para «charlar mejor», le volví a decir que no. Entonces, por la calle Saavedra casi Antártida Argentina atrás de un reconocido boliche bailable, decidió parar el automóvil para así desabrocharse el cinturón de seguridad y girar para el asiento trasero donde yo estaba, exclamando otra vez que pase a la parte delantera del auto para charlar mejor, le volví a decir que no y me dijo «¿y porque estas tan callada?», a lo cual le respondí que quería llegar a mi casa y dormir y me dijo «bueno pero déjame darte un beso entonces».
En ese momento decidí bajar del auto el cual había estacionado y obviamente ni siquiera le pagué por el traslado. Ni bien me bajo llamo a mi amigo que se había quedado en el barrio Incone y le digo que me pase a buscar, cuando lo llame sentía tanta bronca que no me contuve y me largué a llorar, en el transcurso que lo estaba esperando este remisero vuelve a pasar y frena frente mio preguntándome si le iba a pagar aunque sea el traslado a lo cual le respondí que no y se fue.
Cuando llegamos a mi casa junto con mi amigo decidimos llamar a dicha empresa para la cual trabajaba este hombre para expresar lo que me había sucedido y solicitar el apellido de este. Lo cual nos negaron, y decían que no sabían quien era el chófer y que llame otro día, también nos dijo que no tenían ningún registro de que habíamos llamado un móvil a mi nombre (la cual yo si tengo registrada en mi celular). En fin la empresa no nos quiso dar los datos de este hombre y nos cortaba el teléfono demostrando así su desinterés por ayudarnos y sin saber la clase de personas que trabajan para su empresa.
Decidimos ir a hacer la denuncia por acoso a la Comisaría Primera dejando constatado los datos del automóvil, porque así como se quiso sobrepasar conmigo lo pudo haber hecho muchas otras veces y seguramente lo hará en el futuro con otras chicas y la verdad se siente demasiado horrible, me dio tanto asco, miedo e impotencia que no podía parar de llorar ni cuando le contaba a la policía lo que me había sucedido.
Tanto se habla hoy en día acerca de los derechos de las mujeres, de la dignidad y el respeto que merecemos para que sigan habiendo esta clase de irrespetuosos, ya no sabes si hablarle o no al remisero, porque si le hablas por lo menos pensas «bueno si me hago la amistosa capaz no me quiera secuestrar o violar» y es verdaderamente indignante que una no pueda volver a su casa sintiéndose segura y sin que se le pase miles de cosas en la cabeza por la inseguridad que hay hoy en día.