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“Estaba en el semáforo de la avenida Néstor Kirchner y Gendarmería Nacional, llegué justo cuando dio rojo. Mientras esperaba, al lado mío pasó corriendo un chico que no tenía más de 16 años. Corría como loco y atrás, un policía lo seguía. Aparentemente se llevó un celular, no vi que, pero tenía algo en la mano. Fue fuerte, ver que nadie hacia nada. Se escapó, se tiró por un pastizal y entró al barrio Divino Niño. Ahí me di cuenta que Formosa no es lo que era diez años atrás” relató la joven.
Los hechos delictivos se han naturalizado y, lejos de tener que leer un diario o mirar un noticiero, los mismos pueden ser vistos a cualquier hora del día y en cualquier punto de la ciudad.
En medio de esta preocupación generalizada, la Comunidad de Medios (Diario Formosa Expres, FM VLU 88.5, FM QTH 101.9 y TVO) salió a la calle a consultar a los formoseños y las respuestas, sorprenden.
Un vecino del barrio Obrero indicó que: “hay cosas raras” y agregó: “Pero por suerte donde estoy, estamos bien protegido, siempre pasa la camioneta de la policía y hasta ahora no me robaron”.
Por su parte, una mujer del barrio Irigoyen dijo que no es seguro. “Estamos pagando seguridad privada. Porque todas las noches a algún vecino de la cuadra le entraban en la casa, o andaban por los techos, o abrían las puertas. Entonces tuvimos que juntarnos los vecinos para pagar a alguien para que cuide a la noche”.
En cuanto al barrio El Porvenir, una joven detalló que el horario para desplazarse tranquilos es hasta las 23 horas. Después todo es “un descontrol”. Agregó además que “hay mucha droga en el lugar”. Además, un señora del mismo barrio hizo varios pedidos. “Necesitamos más patrullaje, principalmente donde está la planta de agua potable y en el asentamiento. A partir de las 21 horas, para evitar robos” señaló.
Cabe destacar que, en muchos casos, los formoseños suelen comparar la situación de inseguridad local con la de grandes urbes, como Buenos Aires, Córdoba y Rosario. De esta manera, indican que hay robos pero “no son como los de allá”, cosa que termina aceptando más este lamentable panorama.
Desde el barrio Venezuela, un hombre dijo que hasta el momento “hay seguridad”. “Hay robos, pero no tan excesivos como en otros lados”. Otro hombre, tomándose con humor el tema consultado dijo: “Aijue, seguro que te afanan, cuando llegas nomas”. El mismo pertenece al barrio 20 de Julio.
Una pareja de ancianos del barrio San Martín, manifestó su opinión de que “no hay seguridad en ninguna parte”. “Los atorrantes saben más que nosotros en cuanto a esto. Es muy fácil, piensan muy bien, para hacer daño, robar o matar, pero no para trabajar. Que es lo que le falta a nuestro país”. Agregaron que de igual manera, “hay que seguir confiando en la Argentina”.
Otra mujer, también del barrio San Martín comentó que nunca sufrió un robo, pero si fue testigo de varios hechos de inseguridad. “Trato de andar con cuidado, cuidar la cartera, las cosas. Está un poco inseguro, Formosa ya no es lo que era antes”. Por su parte, un hombre del barrio mencionado anteriormente e indicó que la zona céntrica es muy insegura y que “el Estado tiene la culpa”.
No hay dudas de que esta conducta está instalada en la ciudad y cada vez se ven más hechos que años atrás no se observaban. Así lo comentó Mariela, quien contó su experiencia personal con la inseguridad.
Un vecino del barrio Guadalupe dijo que “Es seguro. Hay robos, como todos los barrios. En el mismo centro hay borrachos, drogadictos. Pero mi zona es tranquila”.
En medio de las entrevistas, se pudo dialogar con dos señoras uruguayas que se encuentran de paseo en Formosa. Indicaron que en su país “no hay mucha seguridad”. En cuanto a esta zona, les sorprendió ver los noticieros con información de muchos hechos de inseguridad.
Una mujer del barrio San Agustín, que la situación allí es “más o menos”. Agregó que: “hay pocos robos, algunas veces. Como en todos lados”.
En el barrio San Miguel, una vecina dijo que “hay muchos chicos que toman. Hubo robos, pero dentro de todo es seguro”. Pese a fuerte accionar policial, esta problemática parece acentuarse y se espera que se tomen decisiones que terminen con la inseguridad.