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Eduardo Davis, abogado de uno de los policías acusados por el delito de traficar drogas donde fueran principales imputados el sobrino de la concejal PJ Blanca Denis y otros dos jóvenes, expresó que esta sorpresiva incriminación de tirarle el fardo a dos policías por pertenecer a drogas peligrosas, es una remanida estrategia de los delincuentes de hacer difusa la responsabilidad por un hecho delictivo, a otras personas.
«Lo más grave es que el fiscal y la juez federal le den seriedad a esta versión de unos vendedores de drogas que usando el vehículo de una concejal del PJ lo que le daba inmunidad e impunidad para vender estupefacientes, y además del hecho de ser parientes cercanos de esta edil, pero para la justicia federal nada de esto es importante, en tiempo record le tomaron declaración a los acusados, le devolvieron la camioneta de donde se encontrara la droga» dice el letrado en un comunicado.
También es de mencionar que el sobrino de la concejal Denis según informes jamás estuvo detenido gozando de privilegios e inmunidades otorgadas por su parentesco y pertenencia al poder político, que además de todos estos privilegios fueron beneficiados los acusados con una excepcional resolución por el que se les procesara pero sin prisión preventiva, esta es una calamidad jurídica, mas aun si tenemos en cuenta que la justicia federal tiene sobre poblados todos los establecimientos de detención federales con detenidos por tener gramos apenas de marihuana y a estos se les aplica el rigor de las leyes, denegándoles la excarcelación sin fundamentos, estas son las desigualdades y privilegios que dan bronca y lastiman la credibilidad del accionar de la justicia federal que por un lado se muestra rigurosa y dando una imagen de perseguir el delito pero esto es para las cámaras, por otro lado se actúa con suma liviandad contra los amigos o privilegiados del poder político como es este caso.
Donde los que llevaban la droga en una camioneta de una concejal del PJ están libres y los policías casi por elección están presos en una oscura mazmorra en Clorinda, sin ninguna prueba que los incrimine, por que uno de los policías ni siquiera estaba de servicio en el día en que ocurriera la detención.
A no confundirse el poder quiere chivos expiatorios, de los delitos cometidos por otros montados en privilegios e inmunidades dadas por el poder político, y el fiscal y la juez se creen este cuento burdo que nadie en Formosa puede darle un mínimo de credibilidad.
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