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El domingo 19 de abril de 1987, el entonces presidente Raúl Alfonsín salió al balcón de la Casa Rosada, y dijo: “¡La casa está en orden! ¡Felices Pascuas!”, a su lado estaba Antonio Cafiero, el máximo dirigente del peronismo por esos tiempos. Lo que ocurrió antes y después ya es sabido.
A 26 años de aquel suceso, no está de más mirar a nuestro alrededor para saber si la casa está ordenada.
A juzgar por la continuidad de la democracia, que ya cumplió 30 años, vamos por buen camino. Está consolidada.
En Formosa, en un abrir y cerrar de ojos para repasar la historia reciente, podemos afirmar que la cantidad de obras a lo largo y a lo ancho de la provincia ha modificado en demasía la infraestructura.
Las obras públicas suman bienestar social, es cierto. Empero, los reclamos diarios de los formoseños pasa por otro lado: “no alcanza el sueldo”.
Lo puede escuchar de boca de un empleado público, un municipal de Laguna Yema, un empleado de comercio o de un beneficiario de plan social que recibe una mensualidad del estado nacional.
Son 530.162 habitantes que tienen diferentes realidades. Hay de todo, los que “de la noche a la mañana” se despertaron ricos. Los que heredaron fortuna que se diluyó con el tiempo, los que “la hicieron trabajando”, los que nunca “tuvieron un mango”, los que siempre vivieron, viven y vivirán de un sueldo estatal y los que lograron crecer gracias al trabajo constante.
Todas “esas realidades” tienen que pasar irremediablemente por una caja de supermercados, una financiera, una concesionaria, un carribar de panchos, una boutique o el mercadito paraguayo.
Las caras de sorpresa por el costos de las mercaderías, ropa o repuestos se hacen una costumbre. A tal punto que, cuando se sabe de un aumento de la nafta, ya no se observan las largas colas para “aprovechar el precio viejo”. Estamos anestesiados.
Los precios cuidados lograron contener moderadamente los altísimos incrementos, pero está visto que no alcanzó para atajar todas las subas.
La maldita palabra inflación gana terreno y los aumentos de salarios andan detrás de ella ni lograr alcanzarla.
Por afuera, la casa está en orden. Pero la heladera muestra otra cosa. En los grandes centros de poder, donde se forman los precios “se cocina” el costo de la leche, de un pantalón, la carne y un mensaje de texto.
Cada vez resulta más complicado vivir en esta sociedad consumista que elegimos.
Para colmo, las tasas de interés de los bancos, para quienes pueden depositar grandes sumas de pesos en plazos fijos, comprar acciones o bonos creció –en promedio- del 15 al 25/30%.
Qué significa este dato? Simple. Quienes pueden invertir para generar fuentes de trabajo optan por “poner la plata en el banco” olvidándose del acoso gremial, los impuestos y otros tantos problemas. La economía “se planchó”, se desaceleró.
La fachada de la casa está espectacular, tenemos que mantener la calma, cuidar los muebles, la unión familiar, proteger la plata y pisar tierra firme para saber realmente donde estamos. De esa manera la casa estará protegida del ingreso de la crisis, la droga y los vicios de esta época.
Buen fin de semana, Felices Pascuas… y que Messi sea la estrella del Mundial.