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La ordenanza que regula la noche en Formosa data del año 2004. Allí establece que los menores de 18 años pueden permanecer en eventos hasta las 12 y media de la noche en fiestas sin alcohol.

La norma es muy clara. Pero los hechos muestran otra realidad. Es un tema muy discutible, polémico y que merece un marco de discusión seria entre funcionarios y sociedad. Más aún, dentro de una población preocupada por el avance de ciertos males que los padres no quieren o no pueden controlar.


Los menores de 18 años ya pueden votar, conducir vehículos (con autorización de los padres) pero no pueden asistir a fiestas. Las fiestas privadas no están reguladas. Por eso, cuando se convoca vía redes sociales los pibes asisten y «se mezclan con los grandes» y la Municipalidad tiene que mirar de afuera. Este fin de semana a un evento llegaron las autoridades de Bromatología y la Policía.
Los asistentes se mantuvieron en silencio, bajaron el sonido de la música, pero… cuando se retiraron la fiesta continúo hasta la madrugada.
ALTERNATIVAS
Los menores, si no están invitados a cumpleaños de 15, tienen que recurrir a otros eventos donde las normas no son las adecuadas para su edad.


«Una joda hasta las 12 y media de la noche!!! jajajaja… Me estás cargando?» fue la respuesta de un estudiante secundario. Saben que a esa hora «se hace la previa» antes de ir a un boliche con DNI trucho o a una quinta «dónde no te controlan y, encima la música se estira hasta las 7 de la mañana».
Los permisos que se solicitan a la comuna son «para cumpleaños», «para desfile» o «para beneficio» de los colegios; pero terminan funcionando como boliches bailables.
Los solicitan en muchos casos, los padres. Luego, autorización en mano, los dueños de locales de diversión o quintas se encargan del resto de la logística y publicidad en redes sociales de la fiesta.
Hay fotografías elocuentes de quienes asisten a esas fiestas y del expendio de bebidas alcohólicas sin control y -en contra de una ordenanza- venta en botellas y vasos de vidrio.

A quienes se molestaron -amigos y organizadores- por la difusión de esta realidad, le decimos que no nos molestan en lo más mínimo las críticas y reproches conocidos en redes sociales, llamadas o mensajes de texto. Muy por el contrario, nos motivan para continuar bregando para que una norma adecuada a estos tiempos regule la noche de Formosa y proteja a los adolescentes que tienen el derecho a divertirse.