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Con la frase “zona liberada” enviada por mensaje de texto, el empleado avisó a los ladrones que podían ingresar al local comercial porque los repartidores ya habían salido hacia la ciudad.
Los ladrones ingresaron encapuchados, maniataron al propietario e inclusive al empleado cómplice que sabía de la existencia de ese dinero en la caja fuerte de la oficina.
El muchacho, con dos años de antigüedad en la empresa, era encargado de mantenimiento de las cámaras de frio.
Con el dinero en su haber, los ladrones escaparon pero fueron apresados en dos horas por la policía provincial que recuperó todo el dinero y detuvo a seis personas, secuestró armas y dos vehículos utilizados para el atraco.
En la continuidad de la investigación, se procedió a verificar las llamadas y mensajes de texto que realizaron los delincuentes. Allí se encontraron “la punta del ovillo de la sospecha mayor: la existencia de una persona cercana a la empresa que sabiendo del movimiento económico avisó a los ladrones en actitud cómplice».
Ante la sorpresa del propietario de la distribuidora, la Policía detuvo al empleado que ahora deberá explicar en sede judicial su proceder.
De este modo, se logró esclarecer totalmente el hecho, se detuvieron a todos implicados y el damnificado recuperó todo el dinero sustraído en 24 horas.