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Edición impresa del diario Crónica / Por Alicia Barrios. El Padre Nazar que aspira conducir la provincia de Formosa tendría dos hijas que ya fueron madre, señaló el Diario Crónica.
Al cierre de esta edición, trascendió que la jerarquía eclesiástica espera. ¿Es cierto que el padre Francisco Nazar Anchorena, candidato a gobernador por la provincia de Formosa por Opción Social y Popular, es, además de padre, papá? Debería reconocer la paternidad, o tal vez someterse a un ADN.
Dos hijas biológicas lo habrían hecho abuelo. Como decía el antropólogo católico Kush, el indio espera. La Iglesia también.
Pero cuando Dios manda, ambos pierden la paciencia y hacen tronar el escarmiento. Nazar Anchorena, de la orden pasionista, mantendría una relación de larga data con una aborigen de la comunidad que está alojada en el Paraje La Mocha, junto a la cual habría formado una familia que mantendría oculta. Un secreto que de oído a oído pasa de generación en generación. No habría pasado por el confesionario, pero llegó a las máximas autoridades eclesiásticas.
El padre Francisco Nazar Anchorena, de alta cuna y baja cama -de ser cierta esta versión-, dista mucho de ser la edición formoseña del obispo Joaquín Piña, que contó con la bendición de sus superiores para ser candidato.
Por el contrario, Nazar siempre generó desconfianza entre sus pares desde que se ordenó. No es cierto que se fue al litoral por decisión propia para entregar su vida a los más carenciados. Junto a otros hermanos y hermanas pasionistas, se dispersaron por una crisis insalvable que se produjo en la orden en la década del 70.
El agravante fue que desde ese preciso instante, en lugar de evangelizar, tuvo una catequesis tan errática que la mayoría de los aborígenes en Formosa fueron captados -por la desidia de su tarea pastoral- por los pastores evangélicos, quienes, a las pruebas me remito, hicieron un trabajo de excelencia.
Por su obra los conoceréis. La peor carta de presentación que cualquier pastor de la grey católica puede exhibir ante el Vaticano. La actitud del padre Nazar Anchorena nunca fue la de Pepe Di Paola, ni la de ninguno de los otros integrantes de la diócesis de los curas villeros.
De haber sido tan así como él dice que fue su vocación por los aborígenes, hoy éstos no serían evangélicos y él estaría en la primera línea con ellos.
El tema de su paternidad lo acercaría a la hipocresía y lo alejaría de la verdad. En definitiva, el presidente Fernando Lugo aceptó y reconoció a sus hijos. No los escondió. Si Nazar tiene dos generaciones de descendencia y quiere dedicarse a la política ¿no debería rendir cuentas y seguir su ejemplo?.
Fuente: Diario Crónica