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Las largas colas de formoseños esperando pasar a Alberdi para “estirar” un poco “los magros salarios” de muchos forman parte del escenario de la capital provincial; igual que el pintoresco “mercadito paraguayo”. Claro que ese “comercio” trae aparejado múltiples efectos económicos a los comerciales “legales” de la ciudad.
PROCEDIMIENTO POLICIAL EN LA RIBERA DEL RIO PARAGUAY. UNA «MULA» INGRESABA DROGA HACIA EL CIRCUITO CINCO.
Pero la extensa y casi incontrolable frontera argentina paraguaya tiene otro problema mucho más grave: el ingreso de droga a nuestra provincia.
Aunque muchas autoridades aseguren que “es de paso”, “que todo va para la capital del país”, la realidad muestra que cada vez hay más consumidores locales y se traduce en la primer consecuencia: inseguridad con delitos cada vez más horrendos, descontrol y debilitamiento de un bien ganado por Formosa: la tranquilidad y paz social se ven resquebrajadas.
Seguro que algún funcionario que “intenta tapar el sol con las manos” ha de considerar este concepto en malicioso o intencionado, pero, como dijo Perón: “la única verdad es la realidad”.
La inacción del ministerio de Gobierno, traducido en falta de presupuesto para las fuerzas especiales del orden, permisividad en el control de consumo de alcohol en menores (primer paso para ingresar al mundo de la droga) y desinterés en enfocar “como cuestión de estado” la lucha contra el flagelo del tráfico y consumo de estupefacientes, traen consecuencias de inseguridad que no respeta clases sociales ni zonas de la ciudad.
DROGA SECUESTRADA EN ALBERDI. EL DESTINO ERA «CRUZAR EL RIO» HACIA FORMOSA
Los consumidores se convierten en delincuentes u homicidas cuando la droga se apodera de ellos y la necesidad de consumo se convierte en un vicio.
Matar un remisero, robar a un anciano, golpear a un niño, robar a un político “le da lo mismo” al enfermo.
La droga que ingresa a Formosa desde Alberdi, es cada vez mayor. Y como se sabe: la droga mata. Al consumidor (a la corta o a larga) y también puede matar (indirectamente) a cualquier transeúnte o habitante “vecino” del drogadicto.
La violencia que se evidencia en los últimos casos delictivos producidos en Formosa no es producto de la casualidad.
DROGA Y DELINCUENCIA
«La droga causa delincuencia y asume que el consumo de droga precede a la delincuencia y que es la necesidad de consumir droga lo que genera, en gran medida, la necesidad de delinquir».(OTERO, VEGA, 1993, 61).
Un estudio realizado por el Banco Mundial en América Latina y el Caribe sobre las bandas juveniles y la violencia, indicó que las bandas juveniles que participaban en el tráfico de drogas por lo general actuaban con niveles de violencia más altos que las que no participaban en esa actividad
Las posibles explicaciones de una relación entre el uso indebido de drogas y la delincuencia que se dan tienen en cuenta los siguientes puntos fundamentales:
El uso indebido de drogas podría promover la delincuencia, y la delincuencia podría promover el uso indebido de drogas.
QUERER ES PODER
Luego del asesinato del remisero semanas atrás, la policía actuó en consecuencia y la Dirección de Drogas Peligrosas encabezó varios operativos desarticulando bandas de consumo y distribución.
También otras fuerzas “se pusieron las pilas” y detectaron «narcos» locales y secuestraron marihuana.
No quedan dudas: querer es poder. Y cuando desde el ministerio de Gobierno baja la orden de combatir la distribución y el consumo de droga las acciones tiene efectividad.
Estas “directivas” ya son conocidas en el ambiente. Lo triste es que duran poco y el personal es escaso. Tampoco disponen de la infraestructura necesaria y todo se diluye en el tiempo.
Sería conveniente que el mediático Defensor del Pueblo fije su mirada en estos hechos delictivos que se pueden prevenir controlando la frontera formoseña-alberdeña del ingreso de droga.
Que se convoque a las fuerzas vivas y de seguridad para analizar y trabajar juntos.
Que se haga una audiencia pública (provechosamente de moda) para tratar estos temas tan importantes como la pavimentación de la ruta 9 (que nos conectará con Colonia Cano) y que ésta no se convierta –en el futuro- en un camino asfaltado de la droga.
Confiamos en la demostrada capacidad de gestión del gobierno provincial para encarar este hostigamiento que va a encontrar unido a todos los formoseños de bien.
Los problemas de plata (comercio/cotización del peso y el guaraní/cruce ilegal de mercadería) son cuestiones (no menores) que afectan el “bolsillo”, pero que son solucionables.
Sin embargo, la droga deriva en delincuencia que mata. Y la lista de futuros/posibles víctimas estamos todos.
Por: Redacción NoticiasFormosa
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