Según sus términos expresa que “en momentos en que los intereses que propiciaron la Unión Democrática, la Revolución Fusiladora y el Proceso de Reorganización Nacional vuelven a la carga para que el Estado no intervenga en la economía compensando injusticias e inequidades, es preciso reflexionar y hacer memoria si queremos lograr un futuro nacional y provincial de grandeza y felicidad”.
Hoy los argentinos recuperamos la democracia, estamos refinanciando la deuda, tenemos un crecimiento económico sostenido, contamos con una suprema Corte independiente, profundizamos los juicios contra los genocidas, recuperamos Aerolíneas, el correo, los fondos jubilatorios, la industria aeronáutica, el banco hipotecario… y vamos por más, en plena crisis global del sistema.
Los grupos concentrados de poder, que han acumulado recursos mientras fueron dueños de vida, muerte y bienes de los argentinos, en la actualidad conducen una embestida feroz contra estas políticas públicas, aliados con referentes de variados signos políticos, y con las grandes empresas de medios de comunicación, queriendo hacer ver que los problemas que aùn tenemos los argentinos se deben a limitaciones de la gestión actual, sin analizar los antecedentes que llevaron al país a la cesación de pagos, ni el contexto internacional de desplome global del sistema.
Hoy como ayer, señalan los errores, y todo lo que falta en esta gestión, para frenar, en realidad, sus aciertos, que ponen en riesgo sus privilegios. Agigantan defectos para atacar sus virtudes. Como prestidigitadores de la historia, señalan por izquierda lo que esconden por derecha, y plantean que no se debe mirar el pasado, ni hablar de ideologías, volviendo a enarbolar el mercado como paradigma político, social y económico.
El 24 de marzo de 1977, cuando hablaban sin eufemismos ni disfraces, en una solicitada titulada “La Sociedad Rural Argentina al país” publicada en todos los diarios nacionales se leía: “debemos desarmar el andamiaje creado por casi 35 años de una lenta pero sistemática estatización socializante”, reiterando “su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de marzo de 1976”.
Por esta razón, a treinta y tres años del golpe de estado más cruel y genocida de nuestra historia, es urgente y necesario recuperar la memoria, identificar el adversario principal del pueblo trabajador, posponer diferencias secundarias, unir la militancia y defender la gestión que devuelve al pueblo las herramientas económicas, políticas y sociales que les fueron arrebatadas, para construir su destino de felicidad y su grandeza.
Desde esta perspectiva acompañamos y nos encolumnamos a la conducción que ejercen el compañero Néstor Kirchner desde el justicialismo, y la compañera Cristina Fernández de Kirchner desde la presidencia de la Nación, diciendo presente para sostener y profundizar los sueños de nuestros compañeros desaparecidos” concluye el pronunciamiento.