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La organización de las comidas semanales es uno de los grandes desafíos de cualquier hogar. Pensar cada día qué cocinar puede ser agotador, y es ahí donde el concepto de «Meal Prep» (preparar comidas con antelación) se convierte en un salvavidas. Dentro de este universo, las patitas de pollo caseras se coronan como una de las mejores opciones: son fáciles, versátiles y les encantan a todos.
Hacerlas en casa no solo es más saludable, sino que te permite controlar el sabor. Y para que queden realmente sabrosas, la clave está en los condimentos, y ahí es donde tener a mano la variedad de especias de Alicante marca toda la diferencia.
¿Por qué son una opción genial de Meal Prep?
La principal ventaja es que se pueden congelar crudas.
Esto significa que podés dedicar una tarde a preparar una gran cantidad, congelarlas de forma individual y después simplemente sacar las porciones que necesites para cocinarlas en el momento, sin necesidad de descongelar. Van directo del freezer al horno, a la freidora de aire o a la sartén, y en 15-20 minutos tenés una comida resuelta.
7 tips para que te queden perfectas
Hacerlas es simple, pero lograr que queden jugosas por dentro y súper crocantes por fuera tiene sus trucos.
1. No uses solo pechuga
La pechuga de pollo es magra, pero puede quedar un poco seca.
El secreto de las versiones más sabrosas es usar una mezcla de pechuga y pata-muslo sin piel ni hueso. La grasa de la pata-muslo le aporta una jugosidad increíble que marca la diferencia.
2. El procesado justo, no de más
Al picar el pollo en una procesadora, el error más común es darle de más hasta convertirlo en una pasta.
Para una mejor textura, lo ideal es usar la función «pulsar» en tandas cortas. Buscamos que quede picado, pero conservando algo de su estructura.
3. Sabor desde el interior
No dejes todo el sabor para el rebozado.
La mezcla de pollo debe estar bien condimentada. Un buen punto de sal, ajo en polvo, cebolla en polvo y pimienta negra molida son fundamentales para que cada bocado sea sabroso desde el centro.
4. El secreto para darles forma sin enchastre
La mezcla de pollo es pegajosa y difícil de manipular. El truco más simple y efectivo es humedecerte las manos con un poco de agua o aceite antes de agarrar cada porción.
Así, la mezcla no se te pegará y podrás darles forma fácilmente.
5. El rebozado doble para un extra crunch
Para una cobertura que no se desprenda y quede bien crocante, el método infalible es el rebozado en tres pasos: primero pasalas por harina (sacudiendo el exceso), luego por huevo batido y finalmente por pan rallado.
La harina ayuda a que el huevo se adhiera mejor, creando la base para una cobertura perfecta.
6. Personalizá el pan rallado
No te limites al pan rallado común.
Podés mezclarlo con queso rallado, copos de maíz triturados sin azúcar para un crocante increíble, o incluso panko (el pan rallado japonés). También podés añadirle más condimentos, como pimentón u orégano, para darle otra capa de sabor.
7. Congelalas de forma correcta
Este es el tip clave del Meal Prep.
Una vez que tengas las patitas formadas y rebozadas, colocalas en una fuente o placa, separadas entre sí, y llevalas al freezer por una o dos horas. Cuando ya estén duras, recién ahí las podés pasar a una bolsa tipo Ziploc. De esta manera, no se pegarán entre ellas y podrás sacar de a una sin problemas.