Desde el Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia de Formosa recordaron que, cuando se combinan días lluviosos con altas temperaturas, se crean las condiciones propicias para que el mosquito que transmite el dengue, como también el zika y la fiebre chikungunya, se reproduzca.
“Los chaparrones son ideales para que se junte agua en los recipientes o restos de éstos que no se usan y que, generalmente, están tirados en los patios y en los alrededores de nuestras casas”, comentó la directora de Epidemiología y Medicina Tropical de la cartera sanitaria provincial, la doctora Claudia Rodríguez.
Amplió que “son esos lugares, precisamente, los que busca el mosquito Aedes aegypti para poner sus huevos y reproducirse”. Por eso “la importancia de la descacharrización” como medida clave para eliminar al mosquito “porque si no encuentra donde poner sus huevos, no se va a reproducir”, insistió.
Enfatizó en que “cuanto menos cantidad de mosquitos tenemos, menos posibilidades hay de que el virus del dengue circule, se transmita y haya personas enfermas. Si no tenemos mosquitos, no tenemos dengue”.
Para hacer el descacharrizado, la doctora detalló que se debe eliminar, “es decir, tirar todos los recipientes que no se usan, de cualquier tamaño, como una tapita de gaseosa, un balde, una cubierta, latas, botellas, floreros, portamacetas y otros, donde el agua de lluvia pueda juntarse”.
¿Qué más hacer?
Y cuando no se pueden eliminar porque, por ejemplo, se utilizan para acumular agua, como un tacho, un tanque, una pileta de lona o similares, se debe “taparlo herméticamente o colocarlo boca abajo para evitar que los mosquitos ingresen a poner sus huevos”, reiteró.
Aclaró en tanto que, cuando alguna de esas acciones no se puede hacer, porque “los usamos para juntar agua, debemos utilizar el larvicida para matar las larvas de los mosquitos que puedan estar ahí, evitando de esa manera, que se desarrollen y lleguen a su etapa adulta que es cuando tienen alas, vuelan, pican y pueden transmitir la enfermedad”.
Seguidamente, La doctora Rodríguez indicó que también es necesario reemplazar el agua de los floreros por arena húmeda, o bien, cambiarle el agua diariamente. Desagotar los recipientes donde se recolecta el agua de los aparatos de aire acondicionado, de las macetas y de los portamacetas. Volcar el agua de los bebederos de las mascotas y ponerle agua limpia.
Al referirse a esas medidas, marcó como muy importante que “antes de renovar el agua, siempre debemos primero cepillar las paredes de esos recipientes con una esponja o un trapo para arrastrar los huevos de los mosquitos que puedan estar ahí pegados y así eliminarlos”.
Destapar las canaletas, desagües y rejillas, mencionó como otras medidas que deben sumarse a la prevención del dengue. Al igual que “mantener el pasto corto, limpio y ordenado”.
Colaborar con las brigadas sanitarias
La especialista en epidemiología alentó nuevamente “al compromiso y a la responsabilidad” que deben tener los vecinos “cumpliendo con todas las medidas de prevención para ayudar al trabajo que hacen las brigadas sanitarias, porque al dengue lo combatimos entre todos, cada uno desde el lugar que le toca y haciendo lo que le corresponde”, remarcó oportunamente.
Acerca de eso, reiteró “debemos permitir que las brigadas ingresen a nuestras casas a hacer su trabajo. Ellos ayudan con el descacharrizado, entregan el larvicida y brindan las instrucciones para que los vecinos sepan cómo, cuándo y dónde se debe aplicar para que sea efectivo y hacen las fumigaciones, que es otra medida más para prevenir el dengue”.
Al finalizar, puso de relieve que el accionar de las brigadas es integrado, interdisciplinario e interinstitucional “entre el Ministerio de Desarrollo Humano, los hospitales de cada localidad, la Policía de Formosa, los municipios locales, el área de educación, porque de forma conjunta se aúnan los esfuerzos para seguir llevando adelante la lucha contra el dengue en nuestra provincia”.
