El establecimiento ubicado en Tatané, propiedad de la tradicional familia formoseña, se vio afectado por el fuerte temporal de viento y lluvia de esta madrugada.
Generadora de trabajo directo e indirecto en esa localidad, la comunidad lamentó el suceso meteorológico y luego pudo acercarse a recibir «gallinas ponedoras» que quedaron desamparadas por la destrucción de galpones ambientados especialmente para la producción de huevos.
TRADICIÓN FAMILIAR DE 30 AÑOS. Los inicios fueron iniciativa de don Patricio Kelly, luego continuado por sus hijos María y Patricio Juan y los nietos del fundador.
También los corrales de cerdos y galpones de producción sufrieron graves deterioros. La empresa provee sus productos a varios supermercados y carnicerías de la ciudad.
INCERTIDUMBRE LABORAL
Son varios los obreros de la zona -Herradura y Tatané- que desempeñaban tareas allí. Hoy trabajaron todo el día tratando de reestablecer «algunas cosas, pero el viento destruyó mucho» contaron pobladores que reconocen de los empresarios «muy trabajadores y de bajo perfil».